domingo, 12 de julio de 2015

Omar Sharif, el fin de una época - Paco Huesca García. Alicante. España




Omar Sharif y el fin de una época

Casi sin darnos cuenta




Paco Huesca García

Programador, cinéfilo, empresario cinematográfico y promotor cultural

Alicante (España)




"Doctor Zhivago" (1965). David Lean
Omar Sharif como Yuri Zhivago



 A algunas generaciones que hemos asistido a ese rito de ir a las salas oscuras como verdaderos templos para ver en esos especiales altares icónicos que son las pantallas blancas nuestras sagradas películas tenemos que reconocer, por eso de la ley de la vida o de la muerte, que se nos van nuestras deidades cinematográficas.

 Estas últimas semanas ha sido movidita. De momento la cosa terminaba ayer con la marcha de nuestro san doctor Zhivago, que, un día, nos cautivó con esa mirada penetrante y esos ojos que hablaban y lloraban a ritmo de la canción de Lara.



"Doctor Zhivago" (1965). David Lean
Julie Christie (Lara, Larisa Antípova) y Omar Sharif (Yuri Zhivago)




 Y es que Omar ya estará en sus cielos de Alá, que los habrá, con su colega Peter O´Toole rememorando las dunas almerienses del mítico Lawrence.Y es que, insisto en lo que decía al principio, nos quedamos sin nuestras estrellas, aunque el cielo cada día esté mas estrellado.



"Lawrence of Arabia" (1962). David Lean
Omar Sharif como Sherif Ali ibn el Kharish




 No tenemos a Boggie, a la tentación rubia por excelencia, a Lauren, al Duque, al Rey, a la del guante negro, al de la bofetada, al de hoyuelo en la barbilla, a Scarlette, al de la camiseta sudada, a Rebeca, a Sabrina, a la loba, al animal más bello del mundo, a los ojos más bonitos, a papá piernas largas, a Zorba, a Ana y el rey de Siam, a Salomón y la reina de Saba, y a tantos otros, como ese señor con un bombín, bigotito y bastón.

 Casi sin darnos cuenta nos quedamos huérfanos de una pléyade de santos y santas del cine, aquellos que admiramos tantas horas en unas grandes salas oscuras, en unas terroríficas butacas de madera, con olor a zotal, a veces, a pipas otras, altramuces en hojas de periódico e, incluso, a humanidad, en unas tardes en donde el cine era lo único que teníamos, eso sí, en la mayoría de los casos censurado, con guiones cambiados, y en donde una era hermana en vez de amante, o cosas parecidas, porque estábamos en una dictadura brutal y el cine con ellos y ellas eran de lo poquito en lo que podíamos soñar y hasta vivir en una España en blanco y negro, pero en donde las pelis ya vislumbraban el color. El technicolor, el color por de luxe, el eastmancolor y todos los colores que, luego, se fueron inventando a modo de arco iris, aunque eso era lo de menos.




Eastmancolor
"जंगली" ("Junglee") (1961). शम्मी कपूर,
सायरा बानो (Subodh Mukherjee)



 La putada de todo esto es que nos vamos quedando muy solos, porque lo de ahora no es lo mismo, ni de lejos.

 Algun@s quieren ser clónicos, parecerse, intentar hacer sus gestos, y se nota en esos absurdos remakes que no sé para que coño se hacen.

 ¿Ustedes se imaginan Casablanca, una nueva Casablanca, sin Ella y Él? ...Pues no, son cosas irrepetibles.
 El cine ya clásico es la época isabelina de Shakespeare, o la época dorada de Cervantes y Quevedo. No se repetirán, ni títulos, ni estrellas.


"Casablanca" (1942). Michael Curtiz
Paul Henreid, Ingrid Bergman y Humphrey Bogart



 Algunas generaciones hemos convivido con pelis de Ford, Wilder, Hitchcock, Lang y tantos otros.
 Los que vinieron luego hicieron cine a la manera de como aquellos lo hicieron. 
 Total, majos, que nos vamos quedando más solos que la una, y lo peor del caso, casi sin darnos cuenta. ¡Qué pena! ¿verdad?

 Y es que para más de una generación el cine era una vida de repuesto. Y, encima, el celuloide ya no existe, es el digital. Y al cine ya no se le llama cine, se llama mundo audiovisual. Y la cinefilia es videofilia. Y así vamos. Agur, Ben-Hur.




 Affiche belge du film "Ben-Hur" de William Wyler (1959)




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