Recuerdos de cine de infancia
Luis Solera Guirau
Granada
Recuerdos del barrio de Los Ángeles (Alicante)
"The Sword in the Stone" (1963). Wolfgang Reitherman
"Merlín, el Encantador" (España) / "La espada en la piedra" (Latinoamérica)
Luis Solera Guirau (a la derecha)
Con su hermano, de niño
No estoy seguro dónde leí que la infancia es esa época que nos pasamos el resto de nuestra vida intentando superar, pero sí estoy seguro de que lo leí en algún lado, o sea que no debo ser el único que la recuerda como una etapa que afortunadamente pasó, como una condena cumplida o una cuestión zanjada. Me recuerdo de niño principalmente desconcertado, atropellado cada día por la brutalidad, desbordado por el empleo de la fuerza en aquellos que observaba, desarmado de antemano.
Luis Solera Guirau
Foto de niño
Me recuerdo de niño ajeno a toda esa testosterona que se derramaba a raudales por cualquier causa, me producía la sensación de que yo era diferente, que nunca podría, aunque me fuera la vida en ello, arremeter con esa violencia. Todos esos juegos en los que se pegaban, todas esas peleas por nada, me producían una repugnancia insalvable. Y cuando por obligación, las circunstancias me atrapaban en una de ellas, una especie de parálisis se apoderaba de mí y me resultaba imposible siquiera defenderme.
Luis Solera Guirau
De niño con su familia
Por lo tanto es fácil imaginar que mis compañeros, los chicos de la calle, los del pueblo, todos, se dieron cuenta de que, pasara lo que pasara, yo era incapaz de pelear y, como es de esperar, me convirtieron en su blanco preferido. Continuamente me agredían con cualquier excusa, fuera como fuera la gran mayoría de las veces para mí era totalmente inexplicable.
Quiso la fortuna dotarme de un tamaño considerable, que, pasados los dos o tres primeros cursos atroces en el colegio, me permitió blindarme y fabricarme un universo personal, fuera de los intereses de los demás niños, en el cual estaba totalmente excluida la violencia y que irradiaba el suficiente atractivo para atraer a tres o cuatro chicos más a los que permití acceder a mi mundo, y con los cuales satisfacía mis necesidades artísticas y mi tendencia al liderazgo.
Así, blindado en mi mundo de colores, con mis amigos tan marcianos como yo, logré, logramos, ir sobreviviendo unos cuantos años. Nada de batallas de pedradas ni de partidos de futbol, nunca respondíamos a las provocaciones, no solíamos ir con ellos de excursión, éramos como un grupo segregado, nosotros no nos metíamos con nadie y, cada vez menos, nadie se metía con nosotros, era una especie de armisticio fáctico, aprendimos a camuflarnos en nuestra exclusividad.
Y allí nos sentábamos los cinco: mis hermanos, que eran más pequeños, y mis dos amigos, ninguno de los tres jugábamos al fútbol, ni a tirarnos piedras, éramos un cantón independiente, inventábamos juegos divertidísimos en los que éramos exploradores de África o del espacio, sacábamos buenas notas, y en cuanto tuvimos edad quedábamos para ir al cine en la azotea de mi casa casi todos los sábados.
Así, blindado en mi mundo de colores, con mis amigos tan marcianos como yo, logré, logramos, ir sobreviviendo unos cuantos años. Nada de batallas de pedradas ni de partidos de futbol, nunca respondíamos a las provocaciones, no solíamos ir con ellos de excursión, éramos como un grupo segregado, nosotros no nos metíamos con nadie y, cada vez menos, nadie se metía con nosotros, era una especie de armisticio fáctico, aprendimos a camuflarnos en nuestra exclusividad.
Cine Los Ángeles
Alicante
1964
Con tranvía delante
Vivía esos años en Los Ángeles, no los de California, sino los de Alicante, un barrio de clase media al que habían llegado gentes de todas partes, en una casa fea que recuerdo de un color tan aburrido que no sabría nombrarlo, un tono que no era ni beige ni gris, con balcones y una azotea, un espacio vacío donde la luz tenía otro carácter. El cielo se desparramaba a raudales, blanca, blanca como una bofetada de cal, como un golpe de sal.
Explanada
Alicante
Postal años 70
Colección Francisco Huertas Hernández
Esa azotea era fantástica, porque desde ella, por la noche, teníamos la suerte de poder ver todas las películas que proyectaban en el cine de verano de al lado, estaba tan cerca que las oíamos y las veíamos como si tuviéramos un exclusivísimo palco. Es cierto que la abuelita no nos dejaba comer pipas, pero a cambio nos hacía unos bocadillos riquísimos de croquetas o de ensaladilla; no teníamos sillas de madera como en el cine, pero sí un sofá un poco viejo pero comodísimo, pegado a la barandilla, en el que nos sentábamos todos y desde el que podíamos ver las películas más felices que las perdices.
Cine de verano junto al Cinema Pla. Alicante. Año 1944. Podemos ver al fondo el Hospital Provincial de Alicante, hoy museo arqueológico (MARQ). Colección fotógrafo Francisco Sánchez (Archivo Municipal de Alicante)
De entre todas aquellas películas, aparte de las de romanos, recuerdo una Disney con especial cariño, no es la más brillante de las cintas de la casa, hay muchas reiteraciones y se redunda en lo evidente, pero tiene un encanto indiscutible. Una estupenda transgresión sobre el mito y la leyenda de Arturo que nos encantó, no tanto por Arturo, o “grillo” que es como le llaman en la película, todo eso de la espada y el destino no nos acababa de emocionar, sino por Merlín, Merlín es un mago que ha viajado al futuro, por ello ha visto cosas increíbles… La magia pura y dura es la protagonista. Merlín llegará al rescate de Arturo cuando la bruja, madamme Mim, esté a punto de acabar con él. Para solucionar sus disputas se enfrentarán en un combate de magia que es mi escena preferida donde, una vez más, la transformación será clave. Los dos magos se irán transformando para acabar con su oponente. La idea de la transformación, la adquisición de la sabiduría, del aprendizaje, cuanto más sabes más te conoces, cuanto más sabes más te conviertes en lo que eres realmente, cuanto más aprendes más te transformas, ya no serás el mismo. Esta idea mostrada visualmente, ella de rojo y él de azul, es deliciosa, me cautivó desde que la vi, en nuestro palco de azotea, aquella primera vez.
"The Sword in the Stone" (1963). Wolfgang Reitherman
"Merlín, el Encantador" (España) / "La espada en la piedra" (Latinoamérica)
Walt Disney Pictures
Cartel español
"The Sword in the Stone" (1963). Wolfgang Reitherman
"Merlín, el Encantador" (España) / "La espada en la piedra" (Latinoamérica)
Es curioso como hay recuerdos tan nítidos que nos acompañan toda la vida, con mis amigos del colegio jugamos muchas veces a batallas de magia, desde entonces, y ya hace, conservo una especial afición por las películas de animación. Y por la magia.
"The Sword in the Stone" (1963). Wolfgang Reitherman
"Merlín, el Encantador" (España) / "La espada en la piedra" (Latinoamérica)
Poster
"The Sword in the Stone" (1963). Wolfgang Reitherman
"Merlín, el Encantador" (España) / "La espada en la piedra" (Latinoamérica)
Walt Disney Pictures
Película
*****
Comentarios de nuestros lectores:
- Alfonso Carralero: "Francisco, seguramente no sabrás porqué en España "The Sword in the Stone" llevó el ridículo título francés de "Merlín, el encantador" en vez de compartir el mismo título que en Hispanoamérica. Todo se debió por el nombre de la actriz que doblaba a la maravillosa Madame Mim. Era española y exiliada política en tiempos de Franco en México. Te sugiero que leas esta historia. Te va a dejar a cuadros"
Maruja Sen (1915-2002)
Actriz de doblaje barcelonesa exiliada en México por la persecución franquista
"Como dato curioso, tanto en La espada en la piedra como en la Noche de las Narices Frías ocurrió algo inusual. Debido a la censura franquista, se estableció que todo debía presentarse con doblaje al castellano, sin embargo, para ahorrar costos, las cintas de Disney llegaron con el doblaje mexicano a la península ibérica. Debido a la persecución política que sufría la señora Sen, los censores del gobierno español exigieron a Disney que se cambiasen los créditos omitiendo el nombre de Maruja, a lo que Disney se negó rotundamente. Como solución, los censores cambiaron los títulos de las películas a “Merlín, el encantador” y “101 dálmatas” para forzar a Disney a incluir nuevos créditos, cosa que no hicieron, dejando solo los títulos “Walt Disney presenta” en español junto con los nuevos nombres e incluyendo los créditos en inglés. Sería hasta 1970 que la secretaría de turismo española relajaría la censura permitiendo el nombre de Maruja en Los Aristogatos"
- Alfonso Carralero: "Para que no saliera este crédito en España se cambió el título y que salieran las voces de la versión en inglés a pesar que lo que se escuchaba era el doblaje en español"
"The Sword in the Stone" (1963). Wolfgang Reitherman
"Merlín, el Encantador" (España) / "La espada en la piedra" (Latinoamérica)
Walt Disney Pictures
Títulos de crédito de voces de doblaje
3 comentarios:
Gracias Luis por unos recuerdos tan evocadores como literarios, en los que la singularidad, la valentía, la delicadeza y la pasión por aprender se dan la mano
Gracias a ti, ha sido un placer colaborar en este proyecto tan hermoso.
También la vi de pequeño en los 70, me gustó mucho y es muy divertida. Felicidades por tu recuerdo.
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