"Монолог" (1972). Илья Авербах
"Monolog" (1972). Ilya Averbaj
Sentido de la vida, amor, felicidad, ciencia y cuidado en una obra maestra del cine soviético
El intelectual y el amor
Monografía
Francisco Huertas Hernández
"Монолог" (1972). Илья Авербах
"Monolog" (1972). Ilya Averbaj
академик Никодим Васильевич Сретенский (Михаил Глузский) - Académico Nikodim Vasilyevich Sretensky (Mijail Gluzsky)
Тася, дочь Сретенского (Маргарита Терехова) - Tasya, hija de Sretensky (Margarita Terejova)
Un padre, intelectual solitario y bondadoso, y una hija desconocida y egoísta. La investigación científica y la inexperiencia de las pasiones efímeras
"Я — голос ваш, жар вашего дыханья,
Я — отраженье вашего лица"
Анна Ахматова (1889-1966): "Многим" (1922)
(Soy vuestra voz, calor de vuestro aliento,
el reflejo de todos vuestros rostros)
Anna Ajmatova: "Para muchos"
¿Dónde hallar el sentido de una vida? ¿En quienes amamos -o nos amaron-? ¿En lo que hicimos? ¿En cuanto creamos y beneficiamos a los demás? ¿En lo que dijimos y escribimos?
"Монолог" (Monólogo), obra maestra del cine ruso, dirigida por Ilya Averbaj en 1972, presenta una red de vidas y diálogos en los que la bondad y paciencia del solitario protagonista, un hombre de ciencia, el Académico Nikodim Vasilievich Sretensky, se hila y deshila con las de su emocionalmente egoísta e inestable hija, y, posteriormente, con su impetuosa nieta. Una película sobre un hombre que parece tener el raro y feliz don de la armonía absoluta con la vida. Su amor por la investigación -filantrópica-, por su hija Tasya, por su nieta Ninochka, por su ciudad -Leningrado-, por la tierra de sus antepasados, es sereno y constante, y se fortalece en el anhelo de contribuir al descubrimiento de nuevas proteínas. Pero nada es fácil: la investigación choca con la Academia de Ciencias y sus anquilosados burócratas; las relaciones familiares muestran el conflicto generacional; y el paso del tiempo, conduce a una autoevaluación de la vida de Nikodim -homenaje a "Smultonstrället" (1957) de Ingmar Bergman- en un desdoblamiento temporal del protagonista, enfrentado a su primer amor adolescente: "¿has sido feliz?" (Ты был счастлив видишь), pregunta la imagen evanescente de ella en el parque. El amor infantil siempre es una promesa: "teníamos entonces catorce años". Mas llega un instante en que el pasado interroga al presente: la felicidad era la tarea primordial de la existencia: ¿se cumplió la tarea? Nikodim sabe que "esa es, quizás, la pregunta más difícil que hay en la Tierra" (ли это пожалуй самый трудный вопрос на земле)
Y Averbaj, quizás, no responda sino elípticamente, pues la vida no responde nunca. El tiempo y sus voces fluyen y desaparecen, con nosotros dentro. La crítica Natalya Basina definió el largometraje en la revista "Pantalla soviética" (Советский экран) en 1973 como "фильм о смысле жизни" (una película sobre el sentido de la vida)
Ilya Aleksandrovich Averbaj (1934-1986), guionista y director de cine de Leningrado. Trabajó toda su vida en los Estudios Lenfilm.
Debutó co-dirigiendo "Личная жизнь Кузяева Валентина" (La vida privada de Valentin Kuzyaev) (1967), con el muy ruso tema de un hombre anodino: el estudiante de secundaria Kuzyaev que finge escribir un diario en un programa de televisión, donde es llevado por un azar imprevisto. Este film fue rodado cuando Ilya Averbaj, Igor Maslennikov y Natalya Ryazantseva terminaban sus estudios de cine. El valor documental de mostrar la ciudad de Leningrado es uno de sus atractivos.
El siguiente largometraje ya fue filmado en solitario: "Степень риска" (Nivel de riesgo) (1969), sobre una operación delicada de un cirujano cardiaco.
La tercera película de Averbaj, "Драма из старинной жизни" (Drama de la vida antigua) (1971), es una adaptación de N. Leskov.
"Монолог" (Monólogo) (1972) es su obra maestra, tras la cual vino "Чужие письма" (Cartas de otros) (1975), un drama psicológico, sobre una maestra que acoge en su casa a una alumna con graves problemas familiares, Zina. La chica desarrollará su pulsión de dominio sobre la altruista maestra. Este film tuvo varios premios.
"Объяснение в любви" (Declaración de amor) (1978) es un melodrama ambientado en los años de la Revolución, con una historia de amor imposible entre un escritor y una viuda.
"Фантазии Фарятьева" (Las fantasías de Faryatiev) (1979), séptimo largometraje del autor, es un drama con dos hermanas, una madre y un excéntrico dentista, Pavel Faryatiev, que se enamora de la hermana equivocada, cuando es la otra la que le ama. Aleksandra, sigue enamorada de un hombre que le hizo daño, y acepta a Pavel sólo por compromiso. Pero acaba huyendo con su amor primero.
"Голос" (La voz) (1982), trata del rodaje de una película y los entresijos y conflictos entre los participantes del equipo.
La última obra de Averbaj fue un documental sobre el río Neva, en su amado Leningrado, "На берегах пленительных Невы" (A orillas del cautivador Neva) (1983)
En los cuadernos de notas de Averbaj podemos leer: "Кино – это не монолог, не личное высказывание одного человека, а всегда диалог. Это диалог со зрителем…О зрителе думаешь постоянно, все время стремишься услышать его голос" (El cine no es un monólogo, ni una declaración personal de una persona, sino siempre un diálogo. Éste es un diálogo con el espectador... Piensas constantemente en el espectador, siempre te esfuerzas por escuchar su voz). Palabras que sirven para entender mejor su mejor película, "Monólogo".
Es significativo que Averbaj no viera "Monólogo" como su mejor película: "“Объяснение в любви” как бы завершает кинотрилогию, в которой я рассматриваю советского интеллигента (…) в плане нравственном. И потом он в трилогии самый масштабный, так как “Монолог” и “Чужие письма” – фильмы камерные" ("Declaración de amor" completa la trilogía cinematográfica, en la que considero al intelectual soviético (...) en un sentido moral. Y luego es la más grande de la trilogía, ya que “Monólogo” y “Cartas de otros” son películas de cámara). Gracias al Archivo personal del realizador que pasó a formar parte del Departamento de Manuscritos de la Biblioteca Nacional de Rusia en 1996, podemos reconstruir su pensamiento cinematográfico.
Escuchar la voz del espectador -algo imposible en términos físicos-, tal como expresa Ilya Averbaj, remite a la recepción estética de la obra de arte, que, desde Aristóteles, implica una conexión de espectador e intérpretes (teatro, cine) en forma de catarsis (purificación). El público cree en lo que se representa, se identifica con lo que sucede, y se libera (catarsis) experimentando terror y piedad -en la tragedia-. La identificación de un espectador con un actor es uno de los mayores misterios de la existencia humana, y para que se produzca es necesario la verosimilitud de lo representado, la fuerza emocional de los personajes y la familiaridad del público con lo visto. El "juego" es el comienzo del teatro y, luego, el cine. Los niños pequeños representan roles siendo otros, pero actuando con la convicción de creer que, efectivamente, son los personajes que interpretan. La confluencia de los juegos infantiles con las historias de las películas ha ido aumentando a lo largo del siglo XX.
El juego infantil y el cine tienen mucho de conversación. No basta con las acciones, porque las acciones se expresan en palabras. Las acciones humanas son "verbales" y "narrativas". Jugamos con palabras e interpretamos otras vidas con palabras.
La narrativa tiene una estructura lingüística. Paul Ricoeur (1913-2005) en "Temps et récit" (Tiempo y narración) (1983-1985) expone que la narrativa es una forma de mediación entre el flujo del tiempo y nuestra experiencia. Nos ayuda a organizar y comprender nuestra experiencia temporal al darle forma a través de historias con un principio, un medio y un final: "Le temps devient humain dans la mesure où il est articulé de manière narrative" (El tiempo se hace humano en la medida en que se articula de manera narrativa).
En la narración también experimentamos la empatía con los otros. En este caso, con los actores, que a fuerza de fingir terminan por ser más creíbles que nuestros semejantes fuera de la pantalla.
Averbaj en "Монолог" despliega en una concentrada representación interior esa narración de voces en el tiempo. Es una "película de cámara" (фильм камерные): casi toda la acción se desarrolla en un espacio reducido (la casa), con un número limitado de personajes (Nikodim Sretensky, Tasya, Nina, Samson, Elsa), predomina el guion y los diálogos teatrales, y las interpretaciones de los actores son esenciales.
Con guion de Yevgeny Gabrilovich (1899-1993) -autor de "Mashenka" (1942)- y fotografía de Dmitry Mesjiyev (1925-1983) -fundamentalmente oscura, del que Averbaj dijo que plasmaba: "тайным желанием сотворить чудо из цвета, света, живого человеческого лица, игры фактур, линий, теней" (el secreto deseo de crear un milagro a partir del color, la luz, un rostro humano vivo, el juego de texturas, líneas, sombras)-, "Monólogo" se sustenta en la portentosa actuación del actor Mijail Andreyevich Gluzsky (1918-2001), sobria y expresiva al tiempo, donde la soledad, la ternura, la ambición científica, la paciencia, el dolor y el balance de una vida coexisten sin violencia. Nikodim Vasilievich Sretensky es el intelectual, el hombre de ciencia, visto por Averbaj, bajo una "perspectiva moral" (плане нравственном), y con una "aguda melancolía", rusa y otoñal.
Dmitri Bykov ha escrito que Averbaj es "человека, чьей трагедией всегда был хороший вкус" (un hombre cuya tragedia siempre ha sido de buen gusto), y Sretensky es, sin duda, una proyección de esa melancolía de una ciudad de intelectuales, su amada Leningrado, relegada por Moscú.
Bykov explica como en el cine de Averbaj los personajes se sostienen en el entorno, no se "desintegran": "Отчасти Авербах добивался этого простым приемом, сегодня, однако, встречающимся крайне редко: фабулы его картин всегда размыты, действие погружено в среду, оно ветвится, захватывая в свою орбиту второстепенных, случайных персонажей" (En parte, Averbaj lo conseguía con una técnica sencilla, sin embargo, poco vista hoy en día: la trama de sus películas es siempre borrosa, la acción se sumerge en el entorno, se ramifica, acogiendo en su órbita a personajes secundarios, incidentales)
Uno de los "entornos" de este film es la ciencia, el otro es la familia. La "ciencia" encarnada en el "intelectual", una figura ya presente en el Imperio Ruso y la literatura clásica (por ejemplo, los médicos en las piezas teatrales de Anton Chejov), pero que alcanza preeminencia en la URSS. Vladimir Ilich Ulianov, Lenin (1870-1924) escribió en 1921 sobre la importancia de la ciencia: "внимание государства будет обращено на те науки, которые помогают нам выявлять и применять наши естественные богатства, нужные разоренной войнами стране, т.е. науки математические, естественные и экономические" (La atención del Estado se centrará en aquellas ciencias que nos ayuden a identificar y aplicar nuestra riqueza natural a las necesidades de un país devastado por la guerra, es decir, las ciencias matemáticas, naturales y económicas)
El "intelectual soviético" (советского интеллигента), o la "intelligentsia soviética", constituía una clase social formada por personas educadas y cultas que ocupaban posiciones intelectuales, profesionales y creativas en la sociedad soviética. Incluía a escritores, artistas, científicos, académicos, médicos, ingenieros y otros profesionales. Sretensky es un representante típico: investiga, está bien considerado, vive holgadamente, y pertenece a una Academia Científica. La vinculación de esta clase intelectual con el ideal comunista y sus valores de progreso y paz se realizaba mediante las citadas instituciones gubernamentales de enseñanza e investigación. Además el intelectual soviético destacaba por una "ética del trabajo", cuya finalidad era el servicio al conjunto de la sociedad. La posibilidad de viajar al exterior, a conferencias y congresos, y la gran cantidad de Premios Nobel obtenidos por la URSS en Ciencias, garantizaba su papel director en la sociedad. Aunque 20 Premios Nobel obtenidos fueran escasos en comparación con la pujanza de la ciencia rusa, no hay que olvidar que estos premios estuvieron siempre politizados porque proceden del mundo capitalista y eurocéntrico.
A mediados de los años 70, en la URSS había alrededor de 1,2 millones de científicos. La ciencia soviética era una de las ramas de la economía nacional. La Academia de Ciencias de la URSS (Академия наук СССР) agrupaba los principales Institutos de Investigación, y era un organismo dependiente del Consejo de Ministros. El prestigio de la ciencia, el alto nivel de la educación, la inversión material y el intercambio entre científicos, daban a este tipo de "intelectual" una posición que se refleja en los saludos que recibe Sretensky en el inicio del film.
Todos los científicos tienen ayudantes. Sretensky tiene a Konstantin Nikolayevich Kotikov (Stanislav Lyubshin), apodado "Samson". Este personaje impulsa al viejo científico a continuar con su proyecto. Un joven bioquímico guapo, candidato a la Academia de Ciencias, que tropezó por azar, con un artículo de Sretensky: el principio de la síntesis de una nueva proteína, obtenida de neuronas. Ambos reemprenden la investigación y la exponen en la Academia, con la que el viejo Sretensky es crítico.
Las investigaciones de Sretensky y Kotikov se enfrentan a contratiempos: "Un verdadero pensador, mi querido Samson, nunca es feliz. Cuando una persona tiene talento, y si en su trabajo toda va bien, debe ir a su oficina... cerrar la puerta tras de sí... sentarse en su escritorio y pensar: "¿No hay algún problema?". Sretensky acaba de exponer una filosofía de la ciencia falsacionista, tal como defendió Karl Popper (1902-1994): "El conocimiento científico avanza a través de anticipaciones injustificadas, de presunciones, de soluciones tentativas para nuestros problemas a las que llamamos conjeturas, que, a su vez, son controladas por la crítica, esto es, por intentos de refutaciones (falsaciones)". "Contrastar una teoría significa intentar refutarla mediante un contraejemplo. Si no es posible refutarla, dicha teoría queda «corroborada», pudiendo ser aceptada provisionalmente, pero no verificada; es decir, ninguna teoría es absolutamente verdadera, sino a lo sumo «no refutada»". La modestia (serenidad) del escarmentado científico veterano se opone a la impulsividad del joven ayudante, que no entiende si habla en serio o bromea. "Imagínate que mi esposa dijo lo mismo, antes de separarnos para siempre", añade irónico y melancólico -si es que ambas actitudes pueden ir juntas- el académico Sretensky. El conejo contempla el diálogo humano, mientras sufre los experimentos.
Samson se enfada por el retraso de sus investigaciones, ante la competencia de otros grupos científicos. "Надо быть терпи к своим коллегом мой дорогой. Это первое правило благодорного человека" (Deberías ser tolerante con tus colegas, mi querido Samson. Ésta es la primera regla de una persona noble), sentencia Sretensky arreglando su corbata. En su mente, el retraso en las investigaciones va unido al amargo recuerdo del abandono de su esposa, que se marchó con otro. No era feliz con él, pero asumió que no podía arrastrar el resentimiento toda su vida.
El joven y el veterano científico caminan por el crepúsculo de Leningrado hablando de la ética del investigador. Los colores oscuros predominan. Sretensky le aconseja: "не торопитесь быть Коперником', друг мой" (No te apresures en ser Copérnico, amigo). La conversación filosófica sobre las ideas originales, el genio científico, la paciencia y la modestia, continúan mientras cenan.
La defensa de su proyecto de investigación ante la Comisión del Instituto de Ciencias por parte de Sretensky es una afirmación del duro camino de la ciencia en sus fracasos experimentales, y la mala influencia de las alabanzas en el trabajo. Pese a todo, hay que continuar.
"En la ciencia, hay quienes construyen muros y quienes luego limpian los fragmentos durante cientos de años, y yo soy uno de ellos" (В науке существуют те, кто созидает стены, и те, кто потом сотни лет подчищает осколки, и я из таких), declara Sretensky, con esa humildad del científico que siguen la senda abierta por los genios.
La prensa extranjera entrevista a Sretensky y su ayudante Kotikov en la Plaza Roja de Moscú, celebrando el éxito de sus investigaciones de la bioquímica cerebral y el descubrimiento de una proteína Una curiosa pregunta en francés sobre si tiene algún hobby es respondida así: "Играю в солдаты главным образом" (Juego principalmente con soldados de hojalata). ¿La ciencia es también un juego? ¿y el amor es un juego? ¿y la vida es un juego? ¿O son un experimento? A otra cuestión, el investigador alaba a la juventud y su comportamiento. Asegura que no le gustan la insensibilidad (черствость) y el egoísmo o narcisismo (самовлюбленность) en las personas. "¿Entonces, el ser humano vivirá finalmente en calma, libre de ansiedad, del miedo irracional y de la tensión inexplicable?", y ante esta cuestión Sretensky se incorpora ligeramente en su asiento: "Por desgracia, es imposible calmar al mundo con medicamentos. Donde estallan las bombas, crepitan las ametralladoras, rugen las batallas sociales. Donde algunas personas se ahogan de riqueza, otras se mueren de hambre", explica serio el bioquímico. "¿Y qué se puede hacer?". "Aparentemente, cambiar ese mundo" (Видимо изменить тот мир), sentencia Sretensky.
Esta escena retoma la responsabilidad moral de la ciencia. La investigación científica tiene un gran impacto en la sociedad. La investigación debería someterse a pautas éticas rigurosas. El uso responsable de la tecnología, del medio ambiente y la comunicación pública de los resultados, son otros aspectos de la relación entre ética y ciencia.
Una peligrosa vertiente analizada por la psicología de la ciencia sobre la que medita en el hotel Nikodim Vasilyevich es la fama que despierta la vanidad del científico y le puede alejar de su trabajo. Sorprendentemente, Sretensky dice que, desde niño, soñó con el reconocimiento y el aplauso. Un telegrama le hace regresar urgentemente a casa...
El "entorno" central de la vida de Nikodim Sretensky es la familia. Una familia desmembrada. Una hija, Tasya (Margarita Terejova), que fue criada por la madre, tras abandonar al científico, y que se presenta de improviso en el apartamento del padre para vivir con él: "Я Тася. Я буду здесь жить. Мама сказала чтобы ты подготовил меня" (Soy Tasya. Viviré aquí. Mamá dijo que deberías prepararme). Una desconocida y egoísta criatura, bella, rubia, joven, con trenzas, irrumpe en la soledad de un investigador melancólico, atendido por la hosca sirvienta Elsa Ivanovna (Yevgenya Janayeva). Nikodim Vasilyevich Sretensky no encuentra más pasión que sus soldaditos de plomo. "Una persona debe tener pasión por algo en la vida. De lo contrario, es un rábano, no un hombre..." (Человек должен в жизни чем-нибудь увлекаться. Иначе он редька, а не человек...), reflexiona Nikodim.
Su esposa le abandonó y parece que nunca le amó. Ella era estudiante, antes de la guerra, y él, ya, científico. La inestable e inmadura Tasya se enamora de un hombre y se va de nuevo. Retorna tiempo después, tras abandonar a su marido, para dejar a su bebé a cargo de Nikodim. Una vez más, la soledad de los soldaditos de plomo del académico Sretensky se ve alterada por el cuidado de una niña, Ninochka, su nieta. El abuelo vivirá la "paternidad" tardía en el cuidado de Nina. "¡Será un hombre práctico al fin!", dice su hija.
Nina Pavlovna (Marina Neyolova) crece. Ya es una jovencita, más bella que la madre, a la que apenas conoce. Si Tasya no tuvo padre, Nina no ha tenido madre. Entre estudios y fiestas se enamora. El regreso de Tasya genera tensión con una hija que ni la quiere ni le perdona el abandono.
"¡Qué maravilloso es tener un viejo padre que siempre lo perdona todo!" (Как чудесно что на свете есть старый папка который всегда все простить). En esa frase de Tasya se resume el carácter del protagonista: paciente, comprensivo, generoso.
Nikodim alaba la casa de sus antepasados, sus raíces: "Нельзя без корней" (Nadie puede vivir sin raíces). Pero Tasya es de otra época y responde: "Eso ahora no se tiene mucho en cuenta". Un hombre apegado a la familia, pero cuya familia más próxima no entiende. El mundo ha cambiado demasiado rápido, sólo los soldaditos de plomo se mantienen como en el siglo XIX, cuando eran elementos centrales del juego de los niños. Los soldaditos de los ballets de Pyotr Ilich Chaikovski, "Щелкунчик" (Cascanueces) (1892), en su primer acto, o de "Петрушка" (Petrushka) (1911) de Igor Fyodorovich Stravinski.
La madre pretende ganarse el amor de la hija, pero Nina sólo ama a su abuelo. Éste, también es interpelado por otro joven, su ayudante, que le dice que ha desperdiciado su vida. Nikodim Vasilyevich Sretensky, en crisis existencial, quiere dejar el Instituto Científico. En un monólogo arremete contra "la fuerza de la costumbre", los "hábitos" (привычки), como estar atrapado en un campo magnético. Sretensky quiere salir de la inercia de una vida mecánica. El contacto con su nieta y su ayudante le han impulsado. La juventud hace despertar al casi anciano investigador. Su proyecto consiste en controlar la actividad cerebral directamente, sin medicamentos. Por lo que debe dejar sus cargos burocráticos como Director del Instituto y concentrarse en el laboratorio.
Tasya coquetea con Sansón (Kotikov), el ayudante, al que conoció casualmente hace años, y con quien tuvo una aventura. La chica, magníficamente interpretada por Margarita Terejova, busca un amor ideal, en sus volubles afectos: "И я ищу и ищу подходящего человека" (Y sigo buscando al hombre adecuado). En "Monólogo" el deseo juvenil de placer está carente de la serenidad madura. Tanto en Tasya como en Nina. Son los hombres (Nikodim, Sanson) los que aparentan más serenidad. Tasya, en el fondo, está vacía: "Как мне одиноко, как мне страшно одной!" (¡Qué sola estoy! ¡Qué miedo tengo!), dice, acurrucándose en el padre, a pesar de que éste: "está con ella, siempre". La búsqueda de placer inacabable, confundida con la persecución del "hombre ideal", y el miedo que se deriva de ese fracaso, contrasta con la serenidad del padre.
El placer vacía a los humanos, porque el placer resulta de la producción de dopamina en el cerebro, pero la felicidad depende de la serotonina. El neuroendocrinólogo Dr. Robert Lustig (1957) establece sus siete diferencias: 1) el placer es pasajero; la felicidad es permanente; 2) el placer es visceral; la felicidad etérea; 3) el placer es tomar; la felicidad es dar; 4) el placer se puede conseguir con substancias; la felicidad, no necesita; 5) el placer se experimenta solo; la felicidad en grupos sociales; 6) el placer extremo lleva a adicciones; la felicidad no; 7) el placer es dopamina; la felicidad serotonina. La serotonina es un inhibidor en la transmisión neuronal, frente a la dopamina que produce actividad sináptica continua y desgaste neuronal. El Dr. Lustig afirma que la serotonina contribuye a un estado de alegría, de calma (serenidad), "un sentimiento de ser uno con el mundo". Hay algo que suprime la serotonina: la dopamina. "Así que cuanto más placer busques, más infeliz serás". La reflexión crítica del Dr. Lustig añade: "Las Vegas, Madison Avenue, Wall Street, Silicon Valley y Washington D.C. han coordinado y confundido el término felicidad con el término placer. De modo que puedas "comprar" felicidad, para que "ellos" puedan venderte su basura. Ésa es la economía americana, y está basada en substancias hedonistas, que impulsan el placer en lugar de la felicidad. Y en el proceso nos hemos vuelto más infelices".
Tasya y Nina participan de esa búsqueda juvenil de placer, de activación de dopamina, y, aunque la URSS no hubiera sucumbido a la sociedad de consumo irracional del capitalismo, su insatisfacción acuciante, no busca amor sereno, sino emociones intensas "dopamínicas". Tasya le confiesa a Elsa Ivanovna que necesita "a veces sentimientos salvajes... pasión... furia" (неистовства). Elsa acude a la sabiduría popular: "Говорят чем их больше тем их меньше любишь" (dicen que cuantos más hombres hay, menos los amas). Elsa Ivanovna expresa esta imposibilidad de amar y comprenderse:
"- ¿Alguna vez has estado enamorada, Elsa Ivanovna?
- No nunca. Pero me lo han contado tantas veces que puedo imaginarlo todo perfectamente"
(— А вы когда-нибудь любили, Эльза Ивановна?
— Нет, никогда. Но мне столько раз об этом рассказывали, что я всё отлично себе представляю)
El científico Sretensky, que investiga la producción de proteínas en el cerebro, es movido por la serenidad "serotonínica", en su búsqueda de sentido, alejado del placer y los estímulos pasajeros. El conflicto generacional entre hija y nieta, por un lado, y él, por otro, es la oposición bioquímica entre dopamina y serotonina. Y sin embargo, ambas se necesitan y complementan: en el diálogo, o monólogo dirigido al auditor, el placer y la serenidad convergen. Tasya y Nina cuentan sus cuitas al padre y abuelo. Y éste las escucha y protege. El fuego devorador del deseo de placer -Averbaj siempre es elíptico y elegante en esto- queda sometido a la palabra, a la voz que une las almas. Son la voz y la palabra las que portan serenidad.
Tasya vuelve a casarse. Vadya (Ernst Romanov), es un hombre aburrido y tímido, como queda claro en el brindis de la boda. Averbaj y Gabrilovich se concentran en la psicología de las chicas y el abuelo. Ninochka, en la sensacional interpretación de la joven actriz Marina Neyolova, es tan impulsiva como su madre o Samson. En una escena en el espejo húmedo del cuarto de baño, Ninochka se recrea en su juvenil rostro, mientras corre el agua. El motivo de esa alegría es que se volvió a enamorar, como le dice al abuelo. Éste cocina y ella se asea. Ninochka, ingenua, explica que el Doctor del que se ha enamorado tiene veintiocho años y quiere casarse. Nikodim no recuerda haberse enamorado tan intensamente. Un zoom in rápido sobre su rostro. La melancolía del hombre que, probablemente, no conoció la felicidad, pero se preocupó porque otros sí fueran felices. Ninochka busca el consejo del abuelo. "Слушай это только болтают что старые люди знают ответ на все" (Escucha: Es sólo un rumor el que los viejos sepan todas las respuestas), dice el desencantado químico. "Я скажу тебе то что говорил твоей маме когда ей было столько лет как тебе: будь осмотрительный" (Te diré lo que le dije a tu madre cuando ella tenía la misma edad que tú: ¡ten cuidado!). El abuelo sabe que es un consejo tonto, pero lo repite. ¿A qué se refiere? Al temor de que su nieta sufra por inexperiencia afectiva, a quede embarazada y abandonada, a confundir el amor con un deseo pasajero, a ser víctima de la dopamina juvenil. La escena filmada en un estrecho espacio, en una pequeña mesa de cocina de formica, tiene una importancia especial: la nieta, la persona más querida por este hombre viejo, está a punto de marchar, como marcharon la abuela y la madre de Ninochka. Sin tener cuidado. El científico añade que da ese consejo porque ha vivido una larga vida, "И нет у меня никого любимей тебя и ближе" (y no hay nadie a quien ame más que a ti). El abuelo giró la cabeza, avergonzado, para hacer esta confesión. Inmenso Gluzsky. La cámara se aleja, mientras la mano y las promesas de la dulce nieta consuelan al abuelo.
La "prudencia" (Осмотрительность) es una recomendación vaga, pero surge de la experiencia de la vida. Amar y ser prudente es contradictorio, tanto como la dopamina y la serotonina.
El amor parece un anhelo imposible en todos los personajes. El vínculo de Ninochka y el abuelo es el único afecto constante, entre tanto naufragio emocional.
Una secuencia en el río Neva, con Ninochka y sus amigos bañándose y navegando, en la que se escucha a Alla Pugachova cantar "Te Ador", canción portuguesa del repertorio de Joan Baez, es la única presencia de la naturaleza en el film. Dima (Valery Matveyev) está enamorado de la bella joven, pero ésta prefiere a alguien más maduro.
Las salidas de Ninochka despiertan la ira de su madre, que acusa al abuelo de negligente y blando, tras declarar la chica que tiene un amante. Nikodim Vasilyevich amenaza con echar de su casa a la hija y su aburrido y banal marido, si Tasya le sigue faltando el respeto. Nina se ha enamorado de un hombre mayor. En travelling, con toma desenfocada, camina la chica tras un encuentro con el amante, mientras Dima la vigila. El rack focus, que va haciendo emerger a Nina como figura y sumerge como fondo las ramas, ilustra visualmente el contraste entre palabra y silencio, acción y pensamiento, estabilidad y fugacidad. Nina rechaza el impulso controlador de Dima que le advierte de que ese hombre es un mujeriego. Cuando Ninochka le dice al abuelo que se casa y se marcha a vivir con ese hombre, el comprensivo abuelo acepta perder al ser más querido de su vida, aunque la expresión del científico es de consternación.
Pero las cosas no van bien con ese hombre, y Nina cae enferma. El abuelo regresa precipitadamente de Moscú, donde dio una rueda de prensa celebrando el éxito de su investigación. El amante de Nina la dejó. El abandono es la constante de las historias de amor de todos los personajes.
El abuelo entra en la habitación donde la nieta yace acostada e intenta consolarla, hablando de "verdades eternas que se repiten durante siglos". "Entiendo tu dolor y tu miedo. ¡Pero todo pasará!". Esas verdades eternas, ¿acaso son el triunfo del desamor, el corazón roto tras caer de la nube?
Nikodim Vasilyevich, siguiendo el consejo de Tasya, va a hablar con el amante, a amenazarlo. La conversación es breve, y el abuelo se siente avergonzado. El play boy es un tipo sin escrúpulos. Oleg (Leonid Nevedomsky) escucha al viejo en el embarcadero: "No es sólo una discusión. Me enamoré de otra mujer". Y le pide consejo por su edad y sabiduría. Vemos las manos arrugadas de Nikodim agarradas a la cuerda. Luego, se disculpa, dubitativo y nervioso. ¿Qué fue de la seguridad que mostraba en la entrevista con la prensa extranjera horas antes en Moscú? ¿Cómo un hombre sabio se transforma en un indigente moral cuando las ideas quedan sepultadas bajo las emociones? Éste es el drama de la existencia: no tenemos ninguna sabiduría que nos proteja del dolor de una nieta, de la humillación de un desconocido, de la ley inexorable que condena las ilusiones. "No debí haber venido. No puedo entender bien lo que sucede. Perdone por esta visita sin tacto" (Не должен был но я не мог понять суть происшешего. Простите этот бестактный визит), musita aturdido el viejo. Nunca le hemos visto tan vencido: él es impotente para curar el dolor de su nieta. La prodigiosa actuación de Gluzsky resulta sobrecogedora en su contención.
El abuelo lleva un regalo de Moscú, un magnetofón portátil, a Ninochka, pero ésta ya se ha enterado de su visita a Oleg. La madre se lo ha dicho. Un derrotado Nikodim Vasilyevich pide perdón, mientras suena Alla Pugachova. Fabulosa también la interpretación de Marina Neyolova en semi oscuridad. La chica implorante rechaza al abuelo, porque confiaba en él, y la ha traicionado. La "caída" del otrora vanidoso científico le hace deambular sonámbulo por las calles. Averbaj deja al actor entre la multitud de Leningrado, con la cámara oculta. Sentado en el canal, ahora es un mendigo emocional.
En la verja del parque tiene lugar la "visión". La revelación de un pasado que no se cumplió. Un "fantasma" despierta en el hombre perdido recuerdos de su infancia. "¿Me recuerdas?" (Ты помнишь меня?), pregunta la niña con gorrito azul. "Teníamos entonces catorce años" (Было тогда по 14), y añade: "Nos besamos" (И мы целовались). Y Nikodim Vasilyevich asiente: "lo recuerdo todo, todo" (Я помню все, все помню)
La memoria nos lleva de retorno al punto de partida: la niñez. "¡Dios mío! ¡Cuántos años han pasado!", repara el hombre. "¿Cómo has vivido? Has vivido mucho tiempo" (Ну как ты жил? Ты ведь так долго живёшь), interroga la dulce aparición, y continúa: "¿Has sido feliz?" (Ты был счастлив видишь). El pasado interroga al presente: la felicidad era la tarea primordial de la existencia: ¿se cumplió la tarea? Nikodim sabe que "esa es, quizás, la pregunta más difícil que hay en la Tierra" (ли это пожалуй самый трудный вопрос на земле). "Algunas veces, en el trabajo". "¿Has amado a muchos?" (Ты многих любил?), interpela el fantasma. "No a muchos. Pero nadie me amaba" (Немногих, но меня не любил никто), apesadumbrado cuenta Nikodim. "¿Por qué?". "Tal vez porque los amaba demasiado. Yo era el más amable, el divertido, el esposo obediente. Pero mi esposa me dijo que era malo y arrogante. Fui un padre afectuoso, gentil, bondadoso, pero mi hija me dijo que soy un padre indiferente. Amo a mi nieta desesperadamente e inimaginablemente, pero ella me dijo que la traicioné y que me alejé de ella. Estoy solo ahora". Plano contraplano de la niña iluminada con el gorrito azul, mirando con una sonrisa de otro mundo, y del hombre vencido en la oscuridad. Nikodim vislumbra a la chica entre la verja y las ramas de un árbol. Ella le dice con amor: "¿Sabes? Siempre he pensado en ti. Vine y me senté aquí. No podía dejar de amarte. Tuve hijos, nietos, incluso un bisnieto. Pero te amaba, como entonces". "Bueno, ¿dónde estás? ¿dónde? ¿Dónde puedo encontrarte?". "No lo sé. ¿Dónde estoy? No lo sé", dice la niña, y su imagen se desvanece.
La autoevaluación de la vida de Nikodim en un desdoblamiento temporal del protagonista, enfrentado a su primer amor adolescente, es la escena más tarkovskiana del film, la más íntima, desoladora, el instante donde convergen las líneas del pasado, del presente, y de la muerte, que es el reverso del amor, pues toda vida, o es amor o búsqueda de amor. Y amar es cuidar.
Martin Heidegger (1889-1976) concibe la existencia (vida) como "cuidado" (Sorge), el "velar por" los otros, por las cosas. Nikodim sí amó porque "cuidó" lo más querido: a su nieta, a su ex mujer, a la ciencia que trae bienestar a los otros.
La escena final en la que un ensimismado Nikodim Vasilyevich en su gabinete ve llegar corriendo a su nieta, y baja a abrazarse con ella. Los golpes percusivos del piano y el plano casi cenital del abrazo y el llanto, son la expresión de ese amor como cuidado, tras la autoevaluación, y la vía del abandono y el dolor. Nina se arrepiente de las "cosas terribles" que le dijo al abuelo. Ha sentido el dolor de perderlo: "¡No te vayas! ¡No te vayas nunca!" (Ты только не уеди больше от меня), gime desconsolada la pequeña Ninochka. Las manos del abuelo abrazan, protegen, cuidan a la nieta. "Todo pasará" (У меня всё пройдёт, правда), repite ahora Nina. "No hay dolor que no desaparezca. Todo pasa. Sería imposible vivir sin ello" (Же пройдёт милая, нет боли которая бы не прошла все проедит, если бы не проедило то и жить нельзя), consuela Nikodim Vasilyevich. La pequeña le pide que luego se lo explique todo (А ты мне потом всё всё объяснишь). La cámara se ha fundido con los personajes. "Todo lo que pueda explicar... lo explicaré" (всё неглядное моя что могу обьяснисть). Fin
A largo de "Монолог", la cámara pasea por los interiores del decorado, y desenfoca alternativamente a los personajes, privilegiando los objetos cercanos u otros personajes. La apertura de diafragma es el correlato visual del monólogo. La atención debe focalizarse. Uno de los errores del mundo digital actual es borrar la diferencia entre figura y fondo. En "Монолог", Dmitry Mesjiyev e Ilya Averbaj colocan la cámara demasiado cerca de los sujetos, o los recortan entre los objetos. Los tonos muy oscuros del fondo contrastan con la luz de los rostros de los personajes, cuya expresión está en función de sus palabras. Al ser una película de diálogo, y no de acciones o paisajes, la luz está en el verbo. No es cine espiritual, pero sí conversan almas. Los cuerpos parecen ir por detrás. Un estatismo de los cuerpos no oculta que el movimiento está en las palabras. Tasya y Nina se mueven por las habitaciones, Nikodim permanece más inmóvil. Los jóvenes son inquietos, y los viejos reflexivos. Averbaj nunca realiza encuadres esteticistas o pictóricos. La naturaleza está ausente y son la palabra y la voz el verdadero encuadre psicológico, ético y estético del film. Como en el famoso verso de Ajmatova.
Y los planos fijos desenfocados de los soldaditos de plomo, junto a la bella música de Oleg Nikolaevich Karavaychuk (1927-2016) -dividida en la melodía del piano y de la trompa o la trompeta- matizan la oposición entre la estabilidad de las miniaturas de metal y el fluir de las aguas tras el deshielo. Hay en la mente del protagonista un anhelo de permanencia que choca con los acontecimientos no controlados de la vida, el amor perdido a los catorce años, la incomunicación con la esposa y la hija, la utilidad de la ciencia, el apego a las raíces y la fugacidad de la existencia.
Los planos rodados en las calles de Leningrado y Moscú tienen un aire de "cinéma verité", documental, con los actores entre las gentes que siguen el curso de su vida real. La fuerza del presente en la filmación contrasta con la evocación del pasado en los diálogos.
La película fue nominada a la Palma de Oro del Festival de Cannes en 1973. Y obtuvo el Diploma honorario en el IIFF en Georgetown, Guyana, en 1976.
La cinta de Ilya Averbaj tiene conexión con la maravillosa película de Pyotr Todorovsky (1925-2013), "Фокусник" (El Mago) (1967), estrenada cinco años antes. En ambos casos, los papeles principales fueron adjudicados a actores que anteriormente habían destacado en el doblaje de películas extranjeras y en papeles secundarios: Zinovy Gerdt y Mijail Gluzsky. En ambas películas, los héroes, que ya han vivido mucho, intentan encontrar comprensión en las mujeres (hijas, amantes), en un estado de insatisfacción interior. Tanto Todorovsky como Averbaj tratan a sus personajes con gran respeto, rindiendo homenaje a su sentido de independencia, su humanidad sincera y su capacidad de dar siempre más. Ambas películas pueden considerarse una confesión contada en un susurro silencioso. Aunque la de Todorovsky es más tragicómica, a veces incluso un poco irónica y burlona, mientras que la de Averbaj es muy discreta, inteligente y cálida. Averbaj no busca la lágrima fácil del espectador en la reconciliación con la nieta, ni insistir en la vaciedad y egoísmo de la hija. Al igual que el personaje del ilusionista Viktor Kukushkin, protagonista de "El Mago" de Todorovsky, que, abandonado por su amada Yelena, "se queda en el patio repartiendo naranjas a los niños, dándose cuenta de que la mayor magia es darle a la gente lo mejor que tienes", Nikodim Vasilyevich, atiende, cuida y ama con paciencia a su hija y nieta, y da lo mejor de sí investigando para ayudar a la humanidad. Una vida de generosidad, que, a pesar de la blandura de su carácter, no fue en balde...
"Monólogo" es una obra maestra del cine ruso, en donde las palabras unen y separan a seres que buscan amor sin conseguirlo. Averbaj realiza una "película íntima", en la que la excepcional interpretación de Gluzsky, Neyolova y Terejova dan a la mínima historia, de aire chejoviano, una dimensión universal. El sentido de la vida, el amor, el cuidado, la felicidad, el intelectual y la ciencia, quedan entrelazados con la discreta cámara y diálogos de Averbaj y Gabrilovich
Francisco Huertas Hernández
15 de marzo de 2024
Монолог
1972
URSS
100 minutos
Director: Ilya Averbaj
Guion: Yevgeniy Gabrilovich
Música: Oleg Karavaychuk
Operador (Director de fotografía): Dmitri Mesjyev
Estudio de cine: Lenfilm
Reparto:
Mijail Gluzsky - Académico Nikodim Vasilyevich Sretensky
Margarita Terejova - Tasya, hija de Sretensky
Marina Neyolova - Nina, nieta de Sretensky
Stanislav Lyubshin - Konstantin Nikolaevich Kotikov ("Samson")
Yevgenya Janaeva - Elsa Ivanovna (con la voz de Irina Gubanova)
Leonid Gallis - Govornin, curador
Leonid Nevedomsky - Oleg
Valery Matveyev - Dima, compañero de clase de Nina, enamorado
Ernst Romanov - Vadik, el marido de Tasya
Vera Kavalerova - invitada a la fiesta de cumpleaños de Nina
Bibliografía:
- Тоска Ильи Авербаха. Дмитрий Быков о фильмах режиссера. Журнал Сеанс
- Авербах И: Воспоминания о Д. Месхиеве // "Искусство кино" (1983)
9 comentarios:
Increíble aporte
Gracias lector
Que imprescindible es el cine como estudio de un tiempo pasado, intuyo que el presente es diferente a ese que suscribe la historia planteada. 1972 fue un año en blanco y negro para los hogares el color solo se veía en las pantallas de cine. La propaganda occidental estaba alimentándolo todo, oriente está detrás de un libro, cortina o filosofía que no se estudiaba en ningún lugar, solo el catecismo era algo brilloso. El sentido de la vida esta mas desnudo hoy que ayer, mirando algo echo ayer podemos tomar impulso hacia el futuro. El presente no es circular, se quiebra quedando los fragmentos para reacomodar el impulso hacia el oscuro futuro.
Cuánta razón tienes Marcelo. El sentido de la vida pasa por armonizar los recuerdos pasados, las vivencias presentes y las esperanzas futuras
Dios bendito... qué maravilla de texto. Lo voy a guardar como un tesoro. Qué análisis, qué reflexión, cuantas derivaciones... (Emilio Porta)
Emilio, muchas gracias por tus generosas palabras
Qué preciosidad de artículo. No hace falta ni ver la película. Qué bien describe todo usted
Muchas gracias denodados lectores. Para vosotros escribo, sin duda
Поздравления. Очень хороший
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