domingo, 12 de abril de 2015

Los cines de Talavera de la Reina (1) - Francisco Huertas Hernández



Historia de los cines de Talavera de la Reina
(España)


(1)

Los orígenes


Francisco Huertas Hernández





Teatro Cine "Victoria" o "Mariana"
Talavera de la Reina (España)
Construido en 1912
Uno de los primeros locales donde se proyectó cine en la ciudad



 En la ciudad del Tajo ha habido más de una decena de cines en los últimos sesenta años. Y, entre ellos, algunos ignotos, de los que apenas quedan recuerdos.

 Nos relatan sus lejanos recuerdos: Juan Antonio Martínez Vizcaíno, Tino Peño, Mari, y otros muchos vecinos de la localidad. Como viene siendo habitual existen contradicciones en sus testimonios, aunque siempre tienen el valor de ser recuerdos personales.

 Completamos estas fuentes orales con los datos del Archivo Municipal de Talavera de la Reina, a cuyos amables funcionarios expresamos nuestro agradecimiento. Su amabilidad y su conocimiento fue esencial durante los días que pasé en el Archivo recabando datos.




 Para conocer los orígenes del cine en Talavera debemos ir más allá del Archivo Municipal y buscar en la prensa local noticias sobre la llegada de este invento francés a la ciudad del Tajo.

  El Criterio, El Heraldo de Talavera, La Ribera del Tajo y el diario toledano El Castellano, que semanalmente publicaba una página local dedica­da a Talavera, son las fuentes en las que Agustín Díez Pérez se sumergió para escribir el artículo "Aproximación a la historia del cine mudo en Talavera (1897-1933)" que utilizaré para ese periodo.



Colegial
Talavera de la Reina
Ilustración de principios de siglo XX



Talavera era una localidad de economía agrícola y ganadera en esas fechas -como capital de una comarca extensa-  Una comarca que llegaba a abarcar zonas de provincias limítrofes: Cáceres, Ávila, Ciudad Real.




 La estratificación social de la ciudad mostraba una pequeña burguesía de comerciantes e industriales surgida a raíz de la prosperidad comercial de finales del XIX, una  clase media algo más amplia, pero poco representativa formada por funcionarios y empleados de organismos públicos, con pequeños y medianos comerciantes, medianos propietarios agrícolas y otras profesiones liberales. Finalmente, una capa muy amplia de jornaleros, pequeños artesanos, obreros manuales  y pequeños propietarios, que suponía más del 75% de la población.
 España era un país pobre, y Talavera era un ejemplo de ello.

 El poder político y económico era patrimonio de la burguesía, y, por su inquietud, se realizaron mejoras urbanísticas, aunque el Ayuntamiento -ocupado por personas de dicha burguesía- fuese atacado desde la prensa por su desidia, ineptitud y mala gestión en la mejora de la calidad de vida de sus ciudadanos.


Talavera de la Reina
Principios del siglo XX
Panorama desde el río Tajo
Monasterio de Santa Catalina. Al fondo, la Colegial 



 "El año que apareció el cine en Talavera (1897) la Corporación estaba formada por siete propietarios, tres comerciantes, tres industriales, un tratante de ganados, un agricultor, un médico y un concejal de profesión desconocida"

 "A principios de siglo las distracciones preferidas de los talaveranos fueron los bailes, los conciertos de música, el teatro y los toros"
 El cine llega como un nuevo entretenimiento y, pronto se convirtió en una evasión de la dura realidad para las clases populares.


Auguste y Louis Lumière, inventores del cine, en Lyon


Máquina de "cinematógrafo" de Auguste y Louis Lumière


"Cinématographe" Lumière
 En la pantalla la comedia ''L'Arroseur Arrosé'', 1895




 Nos recuerda Díez Pérez que el cinematógrafo comenzó en  "España de la mano de Alexandre Promio, operador al servicio de los hermanos Lumière, que en mayo de 1896 presentó el nuevo invento en los bajos del Hotel de Rusia, en la madrileña Carrera de San Jerónimo"


Alexandre Promio (1868-1927)
Operador de cámara de los hermanos Lumière. Pionero de la cinematografía mundial




 Los inventores del cinematógrafo Auguste y Louis Lumière mantenían correspondencia comercial con D. Juan Ruiz de Luna Rojas, pionero de la cerámica talaverana.
 Ruiz de Luna tenía un estudio fotográfico en la plaza de Aravaca y tuvo la oportunidad de distribuir el nuevo invento en Cataluña, pero debido a la falta de crédito hubo de renunciar.

  
Juan Ruiz de Luna Rojas (1863-1945)
Ceramista egregio

En la actualidad existe en Talavera un Museo de Cerámica que lleva su nombre



 La historia del cine en Talavera tiene como fecha inicial la noche del 21 de octubre de 1897. En esta fecha el Teatro Calderón mostró por primera vez el Cinematógrafo Lumière en la ciudad del Tajo.




 Nada más se sabe: quién lo trajo, qué películas se proyectaron. Díez Pérez aventura que fue el actor teatral Francisco Mercé, que ya había mostrado la nueva atracción en Toledo entre el 1 y el 14 de octubre del mismo año.
 En Toledo se exhibieron las películas: "El jardinero sorprendido", "Batalla de nieve" y vistas de Toledo. El programa en Talavera no sería muy distinto probablemente.


 En un periodo de ocho años no se sabe nade del cine en Talavera. Quizás sólo "las que ofrecían empresarios ambulantes en el recinto del Salón del Prado en barracas instaladas de forma provisional durante las ferias de mayo y septiembre".
 Los dos teatros de la ciudad -Cervantes y Calderón- no ofrecieron exhibición cinematográfica durante 1905-1906



 El primer local de proyección conocido fue el Cinematógrafo Pinacho, instalado durante la feria de mayo de 1905 en una gran barraca del recinto ferial con gran éxito de público.
 Proyectó: "La venganza de unos salvajes", "Incendio de un teatro", "Novela de amor" y "Guerra ruso-japonesa". Las dos últimas rodadas en 1904 por Lucien Nonguet, operador de la marca Pathé.

 Otra barraca fue el Teatro Mágico.




 En la feria de mayo de 1906 Talavera tuvo un local permanente para el cine: el Cinematógrafo Universal,
instalado a la entrada del Paseo del Prado, a la izquierda y propiedad de Reizábal.
 La entrada costaba entre 25 y 40 céntimos, y la sala se llenaba. Así que el precio bajó a 15 céntimos.
 Cada sección (sesión) duraba de 20 a 30 minutos, con cuatro películas o cinco. Los estrenos tenían lugar de sábado a lunes. Las películas permanecían una semana como máximo.


 El periódico El Criterio describió el Universal en un artículo con estos términos: "Desde lejos se vislumbra el barracón azulado, cuyo potente foco voltaico de la portada -oscila en parpadeos isócronos como muchas estrellitas del cielo, requebrando su luz plateada en la hojarasca verdosa de dos corpulentos árboles que se yerguen a su frente (...). Dentro de esta barraca azulada que ostenta un letrero que dice:"Cinematógrafo Universal", se exhiben las películas más atractivas que la ciencia de la fotografía ha logrado obtener (...). Fuera, mientras tanto, se aglomera otra multitud no muy compacta, que, acercándose a la taquilla del vestíbulo, va comprando "entradas" para la sesión próxima  (...)".



 Reyzábal trasladó su cine al Teatro Cervantes al acabar la feria, pero lo alternó con variedades para compensar gastos. El éxito continuó, hasta la marcha de este empresario a Plasencia.
 Aún así el Teatro Cervantes siguió programando cine los domingos, junto a las variedades.




 En 1909 el cinematógrafo ya era uno de pasatiempos preferidos del público talaverano.



Tres sesiones de cinematógrafo
Glorieta del Salón del Prado
Feria y Fiestas. Mayo 1909
15, 16 y 17 de mayo de 1909
Talavera de la Reina (Toledo) (España)
Anuncio de prensa
Cedido por Archivo Municipal de Talavera de la Reina



 "Los dos teatros de la ciudad, el Calderón y el Cervantes, ofrecían cine y varietés aún de forma muy esporádica, en tanto que las barracas del Salón del Prado proyectaban solamente cine.
 Además el cinematógrafo no faltaba cada año a su cita con las ferias de mayo y septiembre, si bien ya no lo traían empresarios ambulantes, sino vecinos de la ciudad con suficiente poder adquisitivo como para organizar sesiones al aire libre en el ferial o en el Prado durante los días de fiesta. Los  primeros de nombre conocido son los hermanos Miguel y José González Esteban, que en la feria de mayo de 1909 ofrecieron tres funciones (una por noche) de dos a tres horas de duración en la Glorieta del Salón del Prado, corriendo el Ayuntamiento con el coste de la instalación de la caseta del operador"



 La necesidad de locales fijos para el nuevo entretenimiento para atraer a las clases más refinadas, llevó a su instalación en teatros o barracas más consistentes que las empleadas hasta entonces

 "Así, el segundo cinematógrafo permanente conocido fue una barraca instalada a la derecha del Salón del Prado, propiedad de un vecino llamado Juan García Padilla. A finales de septiembre de 1910,
y por razones desconocidas, este empresario trasladó el local a la Plaza de la Trinidad"


El mismo día, los vecinos Casimiro González y Cándido García solicitaron también permiso al Ayuntamiento para instalar otra barraca de cinematógrafo enfrente de la anterior (es decir, en el  lado izquierdo del Salón del Prado) con la intención de comenzar a exhibir películas desde el 1 de mayo siguiente y por espacio de seis años.
 Sabemos cómo era este cinematógrafo gracias a los planos de su planta y fachada y a la descripción que proporciona el informe del perito que lo inspeccionó. Las obras se terminaron el 22 de abril de 1911, y fueron reconocidas una semana después.


 Fachada de la barraca cinematográfica instalada en el Salón del Prado 1911.
Propietarios:  Casimiro González y Cándido García 
Talavera de la Reina
  Archivo Municipal. Secretaría. Obras y urbanismo. Licencia obras particulares (1910-1924).  Sig.  6.688



 "El edificio era u na barraca de planta rectangular construida enteramente con madera, que medía 10 metros de fachada por 28 de fondo. El tejado, a dos aguas, era de chapas de hierro acanalado sustentadas por cuchillas triangulares de madera forrada con lienzo y el suelo estaba entarimado con listón del Norte. El exterior de la barraca estaba pintad o al óleo.
 El interior tenía tres departamentos: en el anterior se hallaban el vestíbulo y la cabina del operador; en la parte del centro estaba el patio de butacas, con 250 localidades y diecinueve filas de asientos (once de entrada general y ocho de preferencia elevadas del resto mediante un entarimado). El departamento posterior comprendía la pantalla y, detrás d e ella, tres pequeñas habitaciones para fines diversos. La ventilación del conjunto estaba asegurada por medio de ventiladores en el techo y montantes en las puertas.
La fachada, de elegante traza, estaba decorada al estilo modernis­ta, corno la mayoría de los cines de la época, y tenía dos puertas, una de entrada y otra de salida. Las fachadas longitudinales contaban también con varias puertas de salida. En conjunto la obra estaba hecha con una solidez alejada de los obsoletos barracones provisionales y pese a no reunir ciertas con­diciones (faltaba dotarla de un siste­ma contra incendios),  la  necesidad de no lesionar los intereses de los empresarios y de no privar al público de un espectáculo que venía recla­mando locales estables, hicieron que el nuevo cinematógrafo pasase sin problemas la inspección y comenza­ra a ser explotado a partir del 1 de mayo, como estaba previsto".


Planta de la barraca cinematográfica instalada en el Salón del Prado 1911.
Propietarios:  Casimiro González y Cándido García
Talavera 




 Estas barracas desaparecieron pronto. En la década de los 20 ya sólo se exhibía cine en teatros.



 "La ciudad poseyó en los primeros años del siglo tres teatros: los dos más antiguos, el Cervantes y el Calderón, en realidad sólo habían comenzado a funcionar a finales del XIX. 
 El Calderón estaba instalado en un antiguo convento de frailes Franciscanos sito en la Plaza de los Descalzos, y el Cervantes, que estaba en la Plaza de San Agustín, se habilitó en 1886 aprovechando el edificio de otro ex-convento perteneciente  a la orden  de los agustinos.
A ellos se unió más adelante el Teatro Victoria, el único que funciona hoy todavía. Comenzó a edificarse en 1912 sobre el solar del antiguo Teatro Principal por iniciativa de D. Miguel Fernández Santamaría, uno de los  personajes  más importantes de la burguesía talaverana, y siguiendo planos del arquitecto V. Sáenz Vallejo. El conjunto se inauguró el día 7 de mayo de 1914 y su importancia fue decisiva para  mejorar la poco brillante escena teatral de Talavera".



Teatro "Victoria"
Edificado entre 1912 y 1914 sobre el solar del antiguo Teatro Principal
Calle del Teatro s/n
Talavera
Abril 2015
Foto de Francisco Huertas Hernández



 Teatro "Victoria"
En la imagen se ve en la parte derecha
Calle del Teatro s/n
Talavera
Foto de los años 20 o 30



 Teatro "Victoria"
Fachada
Cartel explicativo del monumento
Calle del Teatro s/n
Talavera
Foto de Francisco Huertas Hernández



  Teatro "Victoria"
Interior:patio de butacas, palco
Cartel explicativo del monumento
Calle del Teatro s/n
Talavera
Foto de Francisco Huertas Hernández



  Teatro "Victoria"
Cartel explicativo del monumento
Calle del Teatro s/n
Talavera
Abril 2015
Foto de Francisco Huertas Hernández





 El público talaverano en los teatros era zafio y pendenciero. Las obras de nula calidad, predominando el género sicalíptico (verde). Así que los enemistados dueños del Calderón y el Cervantes decidieran incluir más a menudo funciones de cine.
 Pero fue el nuevo Teatro Victoria el que apostó de manera decidida por el cine y las varietés, aparte de compañías teatrales y artistas de variedades de renombre. Su programación incluía películas prestigiosas.
 Fue, por tanto, el Teatro Victoria, el que ganó la partida en la lucha entre los dos teatros tradicionales de la ciudad.


 "Las capacidades de los tres teatros eran las siguientes: el Cervantes disponía en 1909 de doce palcos, 191 bu tacas, once delanteras ele anfiteatro y 159 entradas generales; por su parte el Calderón tenía catorce palcos, 225 butacas, 52 delanteras y gradas y 120 entradas generales 10.
 El Victoria disfrutó de un aforo algo mayor que aquéllos juntos: 60 entradas de platea, otras 60 de palco principal, 276 butacas de patio, 72 de anfiteatro principal, 22 delanteras de anfiteatro ele segunda, 56 de entrepalco de segunda y 250 entradas generales".



Museo de Cerámica Ruiz de Luna
Plaza de San Agustín el Viejo
Talavera
Abril 2015
El edificio del Teatro "Cervantes" estuvo relativamente próximo a este edificio, donde luego se erigió el Cine "Palenque"
Foto de Francisco Huertas Hernández





 En los años veinte el cine derrotó al teatro. El "Cervantes" desapareció y el "Calderón" pasó a ser sólo cine en 1925.
 El Teatro-Cine "Victoria" continuó alternando cine y teatro, aunque con predominio del primero.

 Entre los arrendatarios de los cines talaveranos de esa época tenemos el nombre de Pedro de Miguel, que tuvo la gestión entre 1927 y 1930 del "Calderón" y el "Victoria".

 Se daban dos funciones: vespertina y nocturna. Los films se estrenaban el domingo y se pasaban como máximo durante una semana. Hubo estrenos también los jueves en el "Calderón" y los sábados en el "Victoria", donde actuaba una orquesta dirigida por Eusebio Rubalcaba

 "Durante las ferias de mayo y septiembre el Calderón ofrecía cine y el Victoria teatro a cargo de prestigiosas  compañías. 
 El precio de las entradas varió con los años. En 1925 el  cine Calderón cobraba  la entrada más cara (la de palco principal) a dos pesetas, la butaca a 50 céntimos y la entrada general a 25. Los precios en el Victoria llegaron a encarecerse hasta el abuso, denunciado en la prensa, de cobrar una entrada corriente como la de butaca a 2 pesetas durante la temporada 1928-29, el equivalente poco menos al jornal de un día de trabajo, pero en la temporada siguiente el empresario De Miguel se vio obligado a rebajar dicho precio a la mitad para atraerse al público"



Multicines "Calderón"
Plaza de los Descalzos, 2
Talavera
Abril 2015
Este edificio, hoy abandonado, albergó el viejo cine "Calderón", antes el Teatro "Calderón", y, aún antes, el Convento franciscano.
Foto de Francisco Huertas Hernández





 La temporada iba de septiembre a junio. En 1925 se abrió un cine de verano en el Paseo del Prado.
 "El Ayuntamiento se hizo cargo algún año de los gastos de instalación de dicho cine, no excesivos por otra parte, ya que sólo hacían falta una pantalla, la cabina del operador y sillas. En otras ocasiones la Corporación arrendaba las sillas y el solar a particulares, a cambio de una cantidad prefijada. El espectáculo era muy concurrido, en especial cuando la entrada era gratis por correr el Ayuntamiento  con todos los gastos.

 Los cines estivales tampoco se libraron de la mala educación y el vandalismo de algunos espectadores, que no contentos con apedrear al público al amparo de la oscuridad (como se denunció en el verano de 1929), también se llevaban las sillas de los paseos o voceaban en mitad  de la proyección". 


 Un problema más serio era el de la inseguridad de los cines. La prensa señalaba en 1927 deficiencias en el nuevo Teatro Victoria: falta de depósitos de agua, de sistemas de alarma, bocas de riego inservibles, aseos sin higiene. Y la gran amenaza de la calefacción: las peligrosas estufas de leña.
 El empresario Pedro de Miguel hubo de hacer las reformas pertinentes ante la amenaza del Ayuntamiento: dotando a ambos teatros de calefacción central, telones metálicos contra incendios, decorados nuevos y más elegantes y butacas más cómodas.


 Otro cine de verano estuvo en la Plaza de toros, inaugurado en junio de 1919.
 "Las localidades de preferencia estaban en el albero de la plaza (donde se instaló un bar con mesas y veladores), las de general en los tendidos 1 a 8, y como localidades intermedias se utilizaron los palcos y gradas. Las funciones se verificaban jueves y domingos".

 "Todavía conocería Talavera otro cinematógrafo antes de llegar el sonoro: se trata del Monumental Moya, llamado así por el nombre de su propietario, D. Julio García Moya, un fabricante de hielo que había sido alcalde de la ciudad y varias veces concejal del Ayuntamiento.
 Emplazado en el lugar que ocupó el convento de San Agustín y ex-teatro Cervantes, derruido a tal efecto, las crónicas de la época lo describen como un salón al aire libre, dedicado a cinematógrafo de verano, con capacidad para más de mil espectadores; bien decorado y muy  amplio.  Su inauguración  tuvo  lugar  el 2  de agosto  de 1930,
actuando la Banda Municipal y proyectándose la película española "La copla andaluza" (1928)".


 El "Monumental Moya" no fue bien. El Teatro "Victoria" abrió todo el verano, con mejores películas. El público prefirió éste al Monumental Moya, que cerró unos meses después.


 "Fuera del ámbito de los teatros y cines sólo se conocen dos lugares donde se proyectaron películas en Talavera durante los años veinte: los locales de la Juventud Católica en 1928 y la Fundación Santander, sociedad benéfica que también por iniciativa de la Juventud Católíca celebró un par de veladas teatrales y cinematográficas a primeros de 1930 con gran éxito".


  En los periódicos de la ciudad podemos extraer hasta 130 films de la época del cine mudo

 "El cine francés dominó claramente las pantallas talaveranas a comienzos de siglo". Películas de Pathé Films, cómicas y de trucajes, realistas y documentales, y de actualidad reconstruida.
 Del primer grupo destaca Georges Méliès: "El palacio de las 1001 noches" y "El Kake-Walk"; Segundo de Chomón: "La gallina de los huevos de oro", "Brujo árabe" y "Hada de las palomas".



 Georges Méliès (1861-1938)


Georges Méliès: "Le palais des mille et une nuits" (1905)




Segundo de Chomón (1871-1929)


Albert Capellani: "La poule aux oeufs d'or" (1909)
Fotografía y trucos: Segundo de Chomón



 Entre los films realistas destacan dos conocidas obras de Ferdinand Zecca: "La Huelga" y "El país del carbón".



Ferdinand Zecca (1864-1947)



Ferdinand Zecca: "La Grève" (1905)



  "Entre los documentales verídicos hay títulos como "Surtidores de Versalles" o "Boda de Su Majestad Alfonso XIII", que fue uno de los mayores éxitos del Cinematógrafo Universal. La serie sobre la Guerra ruso-japonesa era en realidad un noticiero reconstruido que dirigió Lucien Nonguet con soldados del cuartel francés de Vincennes haciendo de japoneses".

 Posteriormente se construyó en el mismo lugar el llamado cine del Palenque, inaugurado en julio de 1933.
 El Castellano en Talavera: Números 215, 277, 278 y 282



 "La aportación inglesa se reduce a dos cintas cuyos argumentos describe Manuel Ginestal en su artículo de El Criterio. "Historia de un náufrago" está claramente inspirada en el poema de Tennyson "Enoch Arden", que pocos años después trasladaría Griffith a la pantalla al menos en dos ocasiones.
  En cuanto a "Niña salvada por su perro" es la
célebre "Rescued by Rover", rodada en 1905 por Cecil Hepworth y uno de los films más importantes del primer cine inglés. Estrenadas ambas en mayo de 1906 conocieron tal éxito que se repusieron al mes siguiente.



Cecil Milton Hepworth: "Rescued by Rover" (1905)



 Solamente se conoce un título español: "El Carnaval de Niza" en 1906, co-dirigido por Alberto Marro y Ricardo de Baños".



Los directores Luis Macaya, Segundo de Chomón y Albert Marro i Fornelio (1878-1956) (de izquierda a derecha)



 "Las películas duraban entre dos y veinte minutos.

 Un gran aliciente para el público eran las películas en colores, pintadas a mano sobre todo en los talleres de la casa Pathé. Entre otros títulos en color estrenados
en Talavera destacan "El cofrecillo del Rajah", con trucos de Segundo de Chomón, y "El diablo en el convento""

 También encontramos en la presa consideraciones sobre la gran afición del público por las películas impresionables, es decir, las terroríficas o de asuntos macabros, consideradas  de mal gusto en aquella época.


 En la década de los 10 se produce un cambio en el cine exhibido en Talavera: predomina el cine épico italiano ("Quo vadis" y "Marco Antonio y C!eopatra", estrenadas ambas en el Teatro Victoria  en  1915), y cine cómico ("La  suerte  de  Salustiano" interpretada por el francés Charles Prince).



Enrico Guazzoni: "Quo vadis" (1912)



   Se imponen las películas por episodios (personajes como Eddie Polo, Judex)
 Destacaban series como "La sortija fatal" (1917) con Pearl White, o "El vencedor de Fantomas" de Louis Feuillade


Louis Feuillade (1873-1925)


Louis Feuillade: "Fantômas, à l'ombre de la guillotine" (1913)




En los años 20 el cine de Hollywood desplaza al europeo y se impone casi como monopolio. El resto de films son, en este orden: españoles y franceses.
 El público prefiere las comedias, las aventuras, los westerns y los dramas románticos.
 Se vieron en Talavera obras clave de la historia del cine como "El séptimo cielo" de Frank Borzage, o la sublime "Amanecer" de Murnau.
 También había westerns de serie B como "El jinete explorador".

   
"Seventh Heaven" (1927). Frank Borzage



"Seventh Heaven" (1927). Frank Borzage
Film



"Sunrise - A Song of two humans" (1927). Friedrich Wilhelm Murnau


"Sunrise - A Song of two humans" (1927). Friedrich Wilhelm Murnau
Film




 El teatro "Calderón" y el teatro "Victoria" vieron en sus pantallas "La tierra prometida" con Raquel Meller, "Domador por amor" de Max Linder, "La orfandad de chiquilín" de Jackie Coogan.

  En el teatro Victoria brillaron Douglas Fairbanks ("El gaucho"), Greta Garbo ("El demonio y la carne"), Lon Chaney ("El sargento Malacara") o Gary Cooper ("Beau Sabreur").
  Y desfilaron también cómicos como  Buster  Keaton ("El comparsa"), Harold Lloyd ("El hermanito"), Roscoe Arbuckle ("Fatty y los globos") o Charlot ("El circo"). 



"Flesh and the devil" (1926). Clarence Brown
La estrella era Greta Garbo, la gélida y andrógina sueca


"The Circus" (1928). Charles Chaplin
El mayor artista de la cinematografía mundial: Charlot (Charlie Chaplin)



 Los talaveranos pudieron ver cine español: "El abuelo" de José Buchs, "Flor de España" de José María Granada, y, sobre todo, "Nobleza baturra" (1925) de  Juan Vilá Vilamala y Joaquín Dicenta, le película española de mayor éxito.
 "Esta película se presentó en el Cine Calderón el 3 de abril de 1926 con el acompañamiento de un cuadro folklórico aragonés que tocaba y cantaba jotas durante la proyección y también ejecutaba bailes durante los entreactos".



"El abuelo" (1925). José Buchs


"Nobleza baturra" (1925). Juan Vila Vilamala
Hubo una versión sonora de Florián Rey en 1935, con Imperio Argentina, también de gran éxito 



 El triunfo del cine modificó diversas costumbres del público teatral. Al principio el cinematógrafo fue un espectáculo de las clases populares, pero más tarde se extendió a todo el arco social.
 El cine empezó a ser, desde entonces, una escuela de la vida, de lo soñado y lo prohibido, de lo temido y lo amado. Los niños empezaron a jugar a imitar a los actores, y las damas y los hombres a soñar con un triunfo social como el que veían en la alta comedia.

 La crítica talaverana desdeñó el nuevo entretenimiento en sus primeros años, ya que estaba compuesta por críticos de teatro.
 "Oponían el viejo arte del escenario, consagrado como tal hacía siglos y merecedor del respeto de todas las clases sociales. Así pues, no es de extrañar que ninguno de ellos intentase el menor atisbo de crítica cinematográfica"
 Preferían las variedades al cine en sus columnas de prensa.


 La llegada del cine sonoro a Talavera comenzada la década de los 30 fue lenta, debido a su extrañeza y a ser lenguaje ajeno a la gestualidad excesiva del cine mudo.
 A la falta de costumbre o el aturdimiento del sonido, se añadía la carestía del equipamiento de las salas. Por si faltara poco coincidió con la crisis económica del 29, que se prolongó a comienzos de los 30.
 Talavera siguió ofreciendo cine mudo en esos años.

 El rodaje de films sonoros sólo podía hacerse en Hollywood, París y pocos lugares más. En España únicamente en los estudios Orphea de Barcelona.


 "La llegada del cine sonoro a Talavera coincidió con una  nueva reforma practicada en los teatros Victoria y Calderón  durante el verano de 1932. Ambos abrieron sus puertas en la feria de septiembre de aquel año con nombre nuevo  (el Victoria pasó a llamarse teatro Juan de Mariana y el Calderón, teatro Royalty)



Teatro "Royalty"
Más tarde también conocido como Cine "Calderón"
Plaza de los Descalzos
Talavera de la Reina
Foto de Facebook Talavera ayer hoy y siempre




 Es posible que los dos estuviesen ya equipados con instalaciones sonoras, pero como la costumbre de las ferias era que el Victoria ofreciese teatro y el Calderón cine, fue a éste quien le tocó el honor de estrenar por primera vez una película sonora en Talavera, cuyo nombre no se conoce.
 No es hasta un año más tarde, durante la feria de septiembre de 1933, cuando la prensa recoge los dos primeros títulos conocidos, ambos rodados en Hollywood y estrenados en el teatro Royalty. Se trata del melodrama "Wu-li-chang" (1930) y el musical "Bajo el cielo de Cuba" (1931). La primera, de ambiente oriental, fue protagonizada íntegramente por actores españoles, entre ellos el popular Ernesto Vilches, mientras que la segunda, dirigida por W. S. van Dyke, tuvo como actriz principal  a la mexicana Lupe Vélez"


"The Cuban Love Song" (1931). W. S. van Dyke
Una de las primeras películas sonoras exhibidas en Talavera de la Reina, en el cine "Royalty" ("Calderón")





 Agradezco la información recabada por el historiador Agustín Díez Pérez en el artículo arriba mencionado, que he resumido y citado a lo largo de este comentario.

 Proseguiré mi recorrido por los cines de Talavera en los años 30 y 40, con los datos que he obtenido en el Archivo Municipal de Talavera.






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