La farsa de los políticos (in)corruptos
Programador, cinéfilo, empresario cinematográfico y promotor cultural
¿Les va "sonando"?: "The Distinguished Gentleman" (1992). Jonathan Lynn
Uno de los aspectos más absurdos y tétricos de la política española (y curiosamente se sienten orgullosos de ello) es el tener entre sus filas a los políticos (in)corruptos. La (in)corruptibilidad es la propiedad que tienen algunos políticos de no descomponerse a pesar de no haber sido embalsamados de ninguna manera.
Incorrupto cadáver de San Hermión
Y cuando esto ocurre a algunos de los (in)corruptos políticos, el partido y sus fieles, argumentarán que permanecerá (in)corruptible debido a su buen hacer.
El empresario Enrique Ortiz y la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, cuya dimisión se produjo el 23 de diciembre de 2014, imputada por tramas de corrupción. (España)
El interés de los partidos en estos (in)corruptos políticos es claro: son milagrosos y ayudan a recolectar más adictos. ¿Hay algo de verdad en esto? ¿Son reales al menos algunos de estos políticos (in)corruptos? ¿Son verdaderos milagros? El problema es cuando son ya momias, zombis, vamos, muertos vivientes políticamente hablando. Ahí ya ni (in)corruptibilidad, ni leches. Y pasa lo que pasa. Lo que acaba de pasar.
Imágenes:
http://www.lagatayelbuho.com/web/MORIAR/CUERPOS/moriar-incorruptos01.html
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