Summa Universalis. El universo entero en 2 páginas
Texto literario-filosófico
El mito de Fausto en el cine
Francisco Huertas Hernández
"Faust - Eine deutsche Volkssage" (1926). Friedrich Wilhelm Murnau
"Fausto"
Mephistopheles (Emil Jannings) & Faust (Gösta Ekman)
La primera adaptación al cine y la mejor. Murnau -uno de los pocos genios indiscutibles del séptimo arte- se enfrentó al monumento mayor de la literatura alemana, "Faust. Eine Tragödie" (1808) de Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832). La historia de la sed de conocimiento, de inmortalidad. Fausto, el buscador de la verdad, sumergido en los libros, se vuelve hacia la magia, insatisfecho con lo aprendido. Busca el conocimiento infinito que con la ciencia humana no se vislumbra. En la película de Murnau la ciudad es asolada por la Peste, y Fausto, impotente, quema sus libros, invocando al diablo. El pacto con Mephistopheles le da la juventud pero, a cambio, entregará su alma.
En estos meses de confinamiento por la Peste del siglo XXI, el coronavirus (Covid-19), cual Fausto, me he refugiado en la cultura, o tres de sus ramas: la música -la más elevada de las artes al decir de Schopenhauer y Nietzsche-, la filosofía y la literatura (formas de la búsqueda de la verdad a través de la escritura), y el cine. He procurado no sufrir por mis facultades limitadas o la falta de revelación definitiva en cada una de esas obras. Porque el "habitar" humano dentro de la cultura es, y debe ser, un lugar de luz y no de sombra. Hay dos maneras de entender el saber: a) como cantidad, lo que da lugar a un tipo de persona, el erudito, el que abarca muchos datos, el rey de la cita y la fuente. El erudito suele ser persona memoriosa y acrítica, sin criterio, y, las más de las veces, conservador; b) como cualidad, lo que da lugar a otro tipo de persona, el filósofo, el que relaciona y sintetiza, el príncipe de las dudas y las hipótesis. El "filósofo" es un buscador de principios, entiende el "saber" como una arquitectura e indaga el ladrillo con el que el edificio del mundo se construye, porque sospecha que hay una unidad entre los elementos del mundo y su vida.
El mito fáustico es un perfeccionismo, un trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad, que ansía el orden y el control. Esa ansiedad de conocimiento proviene de un pensamiento rígido que quiere acomodar el mundo a sus esquemas. El "sediento" no ve el agua, la sueña. Eso es Fausto, el "sediento" de saberes: no ve hechos, está ciego por su necesidad de seguridad. Aunque el mito fáustico esté alejado años luz del personaje de "La Nausée" (1938) de Jean-Paul Sartre (1905-1980), el Autodidacta, que estudia los libros de la biblioteca por orden alfabético, también Fausto quiere recorrer el universo en su completo abecedario.
Pero, ¿por qué necesitamos saber? ¿por qué estamos sedientos de cultura? Yo, al menos, tengo un propósito en la vida: leer, escuchar, a los "clásicos". Si la lectura del "Quijote", la "Iliada" o la "Eneida" me han hecho feliz, ¿en qué medida esa felicidad ha sido una reconciliación con el orden del mundo? El saber, la cultura, sea en su dimensión cuantitativa o cualitativa, reconcilian al hombre con el universo, porque lo conectan con la belleza y lo sagrado -trascendente-. Sí, en el alma humana hay una sed de trascendencia, que va de la observación de la naturaleza al intento de fusión con Dios, y en ese "limen" (límite, umbral) -que diría el gran Eugenio Trías- moramos. Eso es la cultura, el arte, el saber. La puerta a una trascendencia: el instante en que el alma se reconoce en la totalidad, en el misterio
El vasto dominio de lo existente empieza en Dios. Se discute con encono virulento su realidad, y con más encono aún sus atributos. Son las religiones las depositarias de éstos, y, ellas, transmiten el culto. La fe es la base de la creencia religiosa, y, ésta, entra en conflicto con la razón y la incredulidad. Hay tantos argumentos teológicos para probar la existencia de Dios como críticas racionales del ateísmo para negarla.
"Doctor Faustus" (1967). Richard Burton, Nevill Coghill
Mephistopheles (Andreas Teuber) & Faustus (Richard Burton)
Una producción británica a partir de la obra de Christopher Marlowe (1563-1593) "The Tragical History of the Life and Death of Doctor Faustus" (1592), de donde tomó la idea Johann Wolfgang von Goethe. La película tuvo malas críticas, a pesar de contar con un elenco de actores de la Oxford University Dramatic Society
Después de Dios, o en su lugar, o simultáneamente, según se sea teísta, ateo o panteísta: el Universo. El conjunto de materia y energía en que vivimos.
El mundo inorgánico, estudiado por las ciencias naturales, tales como la Física, la Astronomía, la Química, la Geología, la Geografía. Un mundo de partículas atómicas y moléculas. De dureza y densidad, de estados de la materia, de reacciones y procesos. Fuerza, gravedad, electromagnetismo, velocidad.
El mundo inorgánico, estudiado por las ciencias naturales, tales como la Física, la Astronomía, la Química, la Geología, la Geografía. Un mundo de partículas atómicas y moléculas. De dureza y densidad, de estados de la materia, de reacciones y procesos. Fuerza, gravedad, electromagnetismo, velocidad.
La Botánica estudia el primero. Plantas, árboles, flores, frutos. La Zoología abarca el reino animal y se ocupa de la anatomía y fisiología de las especies. Los órganos y sistemas.
Cabría incluir a la Medicina, técnica de curación aplicada al ser humano, como una rama de la Zoología, aunque ésta sería cuestión polémica, pues nos situaría en una concepción materialista y fisiologista del hombre. Nervios, venas, bronquios, células, membranas, embriología, aspectos varios de la cuestión orgánica. La salud y la enfermedad, la vida y la muerte. La cirugía, la farmacopea, la higiene, la nutrición, la gimnasia, las patologías y deformaciones.
Ramas como la Etología o la discutida Sociobiología nacen de la Zoología, término muy poco utilizado.
"Фауст" (2011). Александр Сокуров
"Fausto" (2011). Alexandr Sokurov
El prestamista, Mephistopheles (Антон Адасинский, Anton Adasinsky) & Фауст (Johann Zeiler)
Película rusa filmada en alemán. Una interpretación libre de la leyenda de Fausto y sus fuentes literarias en Goethe y Thomas Mann
El ser humano, el homo sapiens, el animal racional, la criatura hecha a imagen y semejanza de Dios, es el centro de estudio de múltiples ciencias. Tanto si le consideran como individuo, como si le observan como agente social.
La Filosofía se ocupa del conocimiento, de la razón. La intelección y el juicio. Las categorías con que comprendemos racionalmente el universo: el ser, la existencia, la relación, el orden, el cambio, la causalidad, el espacio, el tiempo, la cantidad, la forma. Materias tan complejas, que tan pronto tienen realidad (platonismo), como se limitan a ser abstracciones de la inteligencia (aristotelismo)
Como sujeto de conducta individual, el ser humano, es estudiado por la Psicología. Sus procesos mentales, sus sentimientos y sensaciones. Pero, aquí, también aparecen la Ética y el Derecho, que valoran y juzgan las conductas con arreglo a leyes morales y positivas. La Psicología no juzga, se limita a describir.La Filosofía se ocupa del conocimiento, de la razón. La intelección y el juicio. Las categorías con que comprendemos racionalmente el universo: el ser, la existencia, la relación, el orden, el cambio, la causalidad, el espacio, el tiempo, la cantidad, la forma. Materias tan complejas, que tan pronto tienen realidad (platonismo), como se limitan a ser abstracciones de la inteligencia (aristotelismo)
Como sujeto que expresa ideas y sentimientos a través del lenguaje, el ser humano es analizado indirectamente por la Lingüística, que profundiza en la estructura de este sistema simbólico de comunicación que nos diferencia de otras especies animales.
El estudio de los signos lleva desde la Lingüística a la Semiología, las Matemáticas, la Informática y la Estética, que se ocupa del arte, la otra creación específica de la humanidad. La idea de belleza, la proporción, el estilo. La facultad artística que el hombre posee y que le permite expresarse a través de la arquitectura, la pintura, la escultura, la literatura, la música.
"Faust" (1994). Jan Švankmajer
Faust (Petr Čepek )
Largometraje checo que combina personajes reales y de animación, e incluye títeres y plastilina. En la historia se mezclan libremente las obras de Marlowe y de Goethe y leyendas folklóricas, todo ambientado en Praga
El animal racional es un animal social, y, como tal, vive con sus semejantes, organizándose en instituciones sociales, desde la familia al Estado. La Historia, la Sociología, la Antropología, la Economía y la Política se ocupan de estos aspectos. Las costumbres, las industrias, los oficios, las leyes, el Derecho, la propiedad, los transportes, el comercio, la guerra, el dinero.
Este es el vasto dominio de lo conocido, pues queda lo imaginado, lo temido, lo presentido. El universo paralelo de los espíritus, los fenómenos desconocidos, la fantasía y el deseo. Quedan esos territorios del cerebro humano aún infrautilizados, y esos abismos que la física contemporánea abrió: agujeros negros, antimateria, universos paralelos, dimensiones no espacio-temporales. Queda el reino inefable del arte, la magia y el sueño.
Este es el vasto dominio de lo conocido, pues queda lo imaginado, lo temido, lo presentido. El universo paralelo de los espíritus, los fenómenos desconocidos, la fantasía y el deseo. Quedan esos territorios del cerebro humano aún infrautilizados, y esos abismos que la física contemporánea abrió: agujeros negros, antimateria, universos paralelos, dimensiones no espacio-temporales. Queda el reino inefable del arte, la magia y el sueño.
La Summa Universalis es, al fin, un grano de arena en la playa del ser y la nada.
Francisco Huertas Hernández
25 de diciembre de 2002
"The Last Faustus" (2019). Philipp Humm
Un film británico de ciencia ficción que sigue con bastante fidelidad la obra de Goethe. La Inteligencia Artificial, el deseo sexual, una crítica a la Iglesia y referencias en los personajes a la actualidad configuran los temas de esta película
*****
Comentarios de nuestros lectores:
-Francisco Huertas Hernández: "Ay, cuánto esfuerzo exige el aprender. El niño experimenta curiosidad natural por las cosas hasta que, en la escuela, le obligan a memorizar y entender algo que él no ha buscado. La educación como instrumento de socialización se ha convertido más en una herramienta de sumisión y formación de mano de obra que en el desarrollo del espíritu, es decir, la conquista de la verdad, la belleza, el bien, la razón y la libertad. Como profesor nunca me he cansado de modificar mis clases, porque la sociedad y los alumnos han cambiado mucho. Me hace gracia escuchar a mis colegas cuando dicen que antes explicaban mucho más, en la época del BUP. Puede, pero yo sé algo, que en esos tiempos, no sabía lo que sé ahora, no solo de los libros, sino sobre todo de la vida y el corazón humano. El mito de Fausto (en el que he de sumergirme de verdad) es el fracaso del conocimiento sin el amor. Margarita (Gretchen) simboliza precisamente el amor ajeno a la ansiedad de saber. Margarita en la rueca. Margarita jugando con los niños. Nuestros alumnos pueden aprender amando. Como dijo Maria: "A mí se me da más fácil estudiar con los profesores a los que les tengo mucho cariño. Porque da motivación para esforzarme y mostrarles el aprecio de su esfuerzo". En ese saber que es amor puede crearse. Porque sin creación propia hecha con amor y desde el amor no hay saber. El filósofo que miró los cielos y el mar intentando dar una respuesta racional, ante todo, amaba esos cielos y ese mar, y por eso los contemplaba. Fausto se redime por el amor, no por el saber solitario de su biblioteca. Y no, no estoy diciendo nada contra los libros, porque en ellos hay tal carga de amor que nada sabríamos del amor sin ellos. Pero sí, sí digo que al igual que Don Quijote quiso salir al mundo para buscar las aventuras que ya había leído en los libros y ofrecerle sus triunfos a su amada, así nosotros, nuestros alumnos, debemos salir de nuestras asignaturas y nuestros libros al mundo de los corazones que quieren contemplar, amar y crear junto a otros corazones"
6 comentarios:
Ay, cuánto esfuerzo exige el aprender. El niño experimenta curiosidad natural por las cosas hasta que, en la escuela, le obligan a memorizar y entender algo que él no ha buscado. La educación como instrumento de socialización se ha convertido más en una herramienta de sumisión y formación de mano de obra que en el desarrollo del espíritu, es decir, la conquista de la verdad, la belleza, el bien, la razón y la libertad. Como profesor nunca me he cansado de modificar mis clases, porque la sociedad y los alumnos han cambiado mucho. Me hace gracia escuchar a mis colegas cuando dicen que antes explicaban mucho más, en la época del BUP. Puede, pero yo sé algo, que en esos tiempos, no sabía lo que sé ahora, no solo de los libros, sino sobre todo de la vida y el corazón humano. El mito de Fausto (en el que he se sumergirme de verdad) es el fracaso del conocimiento sin el amor. Margarita (Gretchen) simboliza precisamente el amor ajeno a la ansiedad de saber. Margarita en la rueca. Margarita jugando con los niños. Nuestros alumnos pueden aprender amando. Como dijo Maria: "A mí se me da más fácil estudiar con los profesores a los que les tengo mucho cariño. Porque da motivación para esforzarme y mostrarles el aprecio de su esfuerzo". En ese saber que es amor puede crearse. Porque sin creación propia hecha con amor y desde el amor no hay saber. El filósofo que miró los cielos y el mar intentando dar una respuesta racional, ante todo, amaba esos cielos y ese mar, y por eso los contemplaba. Fausto se redime por el amor, no por el saber solitario de su biblioteca. Y no, no estoy diciendo nada contra los libros, porque en ellos hay tal carga de amor que nada sabríamos del amor sin ellos. Pero sí, sí digo que al igual que Don Quijote quiso salir al mundo para buscar las aventuras que ya había leído en los libros y ofrecerle sus triunfos a su amada, así nosotros, nuestros alumnos, debemos salir de nuestras asignaturas y nuestros libros al mundo de los corazones que quieren contemplar, amar y crear junto a otros corazones
Montruoso. Sublime
Pero este hombre no se agota. Otro post de quitarse el sombrero
Qué maravilla de artículo, Francisco. Corto, pero con un contenido fundamental, nada más y nada menos que el análisis de todo lo que hay en el Universo conocido. Lo inorgánico, lo orgánico, el ser humano como agente de conocimiento, social, de estudio anatómico, que se expresa... Haces un recorrido por todas las ciencias que nos rodean y posibilitan nuestro entendimiento del mismo.
Y la introducción del primer pie de foto es increíble, lo del conocimiento por cantidad y calidad, que es lo que diferencia a las personas que realmente saben ligar, relacionar y sintetizar unos con otros. Relacionándolo con el mito de Fausto y el conocimiento infinito. Lo de que el saber reconcilia al ser humano con el Universo, una puerta a la trascendencia es precioso. Tú tienes ese ansia de saber infinita y que sabes trasmitir, del que no goza todo el mundo, ya sea por pereza o porque nadie ha podido abrirle esa puerta, que es donde entrarían con un papel importante los profesores.
Y culminar tu artículo sobre lo desconocido del Universo, el arte y la magia es un acierto. Muy bueno.
He quedado maravillado con la introducción. Y el artículo, tan intuitivo por esquemático, no deja de ser una descripción precisa del conjunto de disciplinas que pueblan el saber.
Yo también pienso que el saber con tedio es imposible y, del mismo modo, el saber con ansiedad. El amor nunca es compatible con la prisa.
Igualmente pienso mucho en la distinción entre decir y mostrar: ¿de qué sirve el profesor que expone su temario insulsamente y con desapego? ¿de qué modo voy aprender si nunca me han mostrado cómo amar el aprendizaje?. Wittgenstein distinguía entre decir y mostrar para diferenciar lo decible de lo inefable, la esfera de los hechos de la esfera del valor. Pero tengo claro que hay un fuerte sentido pedagógico en ella.
Deseo algún día mostrar tanto mi amor por el saber como tú hiciste nosotros.
El saber cómo infinito encuentro con el otro yo.
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