domingo, 3 de septiembre de 2023

Materia, Vida, Conciencia. Desorden entrópico y organización biológica. Inanidad del vivir. Vivir no es necesario, soñar sí. Texto y Glosa: Apocatástasis. Francisco Huertas Hernández

Un texto: "Apocatástasis".
Inanidad del vivir. Vivir no es necesario, soñar sí
La glosa: Materia, Vida, Conciencia. Desorden entrópico y organización biológica. Vida y Sueño
Francisco Huertas Hernández


Mi bautizo
Mi abuela materna, Mami (Doña Piedad Cela Gómez), Andrés Atienza (padrino) y el cura.
L'église du Cœur-Immaculé-de-Marie, siège de la Mission catholique espagnole.
51 bis - 53, rue de la Pompe. 16 arrondissement. Paris
1964
Andrés era un emigrante de Madrid y muy amigo de papá. Murió repentinamente en su apartamento de París. Mi padre tuvo que encargarse de los trámites de repatriación. Yo no tengo ningún recuerdo de París, pues regresamos a España en 1966, y no había cumplido aún los tres años

Un texto: "Apocatástasis"

 En esta noche de otoño del año de dos mil y dos ando escribiendo sobre el papel una hilera de letanías, que, a veces, se confunden con el rigor de los sueños. Desde que nuestra existencia se abre paso entre la tensa trenza del cordón umbilical y los pañales blancos y ásperos del nuevo mundo todo cuanto sucede es un mar de dificultades, que, a la postre, no eran necesarias, pues la salvación no está en el futuro sino en el pasado.

Francisco Huertas Hernández
Noviembre de 2002


Glosa a "Apocatástasis"

 El Diccionario de la Real Academia Española define "apocatástasis" (ἀποκατάστασις) como "retorno de todas las cosas o de cualquiera de ellas a su primitivo punto de partida", una concepción anaximándrica de la realidad. Este "restablecimiento" -morir- fue explicado por el presocrático Anaximandro de Mileto como una "deuda" que contrajeron los seres que habían roto la unidad (ἄπειρον, apeiron, o materia indeterminada) de la que se desgajaron al nacer. Como una gran bola de plastilina con la que modelamos distintas figuras (formas) individuales y que, al acabar el juego, reintegramos a la bola amorfa. Calderón de la Barca lo expresa en "La vida es sueño" por boca de Segismundo, el hombre encerrado en una torre sin saber qué delito cometió: 

«Apurar, cielos, pretendo, / ya que me tratáis así, / qué delito cometí / contra vosotros naciendo; / aunque si nací, ya entiendo / qué delito he cometido. / Bastante causa ha tenido / vuestra justicia y rigor; / pues el delito mayor / del hombre es haber nacido»

 El nacer, el abrirse paso a un nuevo mundo cortando la "tensa trenza del cordón umbilical", separa a madre e hijo. Como la especie Homo Sapiens se separó de una anterior, el Homo Erectus y el Homo Ergaster, que, a su vez, se desgajaron del Homo Habilis, y, si nos remontamos hacia atrás, al primer organismo vivo en la Tierra, se postula la hipótesis de una bacteria denominada LUCA (Last Ultimate Common Ancestor), hace 3.900 millones de años. De ella se escindieron las arqueas (procariotas unicelulares) y los eucariotas (multicelulares) hasta llegar al Homo Sapiens, un eucariota, animalia, cordado, vertebrado, tetrápodo, mamífero, placentario, primate y homínido según la clasificación taxonómica (dominio, reino, filo, subfilo, superclase, clase, subclase, orden, familia, género, especie). Este "árbol" se "ramifica" alejando del origen a las especies en un proceso evolutivo de creciente complejidad

 Pero, ¿cómo surgió la vida de la materia? La vida es, desde el punto de vista de la biología: una "estructura molecular autoorganizada capaz de intercambiar energía y materia con el entorno con la finalidad de automantenerse, renovarse y finalmente reproducirse". Sea como fuere, si LUCA (primer organismo vivo) surgió en un lugar extremo, con temperaturas muy elevadas, por encima de 50 grados centígrados, fueron necesarios 11 mil millones de años para pasar del mundo mineral al mundo de la vida, las moléculas complejas de carbono, hidrógeno, nitrógeno, formaron el "caldo primitivo", en esas lagunas cálidas, largas cadenas moleculares que se transformaron en glóbulos previvientes que pudieron autorreplicarse en una cadena de ARN. La fotosíntesis y la respiración, es decir la clorofila y la hemoglobina son moléculas esenciales para la vida. Se originan las células, primero sin núcleo (procariotas), y, luego, con núcleo diferenciado (eucariotas). La conquista de la reproducción sexual tiene ventajas en el intercambio de información genética y en la adaptación al medio. Los animales, organismos pluricelulares, aparecen tardíamente, con innúmeras especies. Todo este trasiego de lo simple a lo complejo es el proceso de la vida.

 La vida es un proceso finito: nacer, crecer, reproducirse, morir. La oxidación celular por la exposición al oxígeno contribuye al envejecimiento y la muerte es el suceso resultante de la incapacidad orgánica de sostener la homeostasis (condición interna estable compensando los cambios en su entorno mediante el intercambio regulado de materia y energía con el exterior -metabolismo-)

 Las leyes de la termodinámica explican la conservación de la energía, la entropía (desorden) creciente en el universo hasta alcanzar el equilibrio y la entropía que tiende a un valor constante específico cuando un sistema se aproxima al cero absoluto. Hay algo misterioso (noción que la ciencia rechaza) en el hecho de que la materia tienda al desorden y la vida al orden. Y falta la "tercera en discordia": la conciencia.

 La conciencia es el conocimiento (captación, percepción) que tiene un ser de lo que le rodea y de sí mismo (autoconciencia). La vida es un mecanismo ciego, pero la conciencia es "intencional": la "mente" o "conciencia" realiza una actividad que se dirige a un objeto. La "intención" es el compromiso de la voluntad en una acción. Los actos de la conciencia son "movimientos" de la conciencia. Y la conciencia "emerge" de la vida, siendo distinta de ella. Ningún grupo de neuronas es la conciencia, pues la "totalidad" consciente es mayor o cualitativamente diferente a la suma de sus elementos. El organismo ("sujeto") consciente se "distancia" de su "objeto" de conocimiento, y esta "distancia" aumenta en función de la complejidad del acto consciente: la sensación es un proceso menos complejo que el razonamiento. La "razón" (Λόγος) capta la realidad en "conceptos", "argumentos", "leyes" y "teorías", es decir, en "símbolos", siendo los verbales y los numéricos los principales, pues constituyen la ciencia.

 La inanidad de la vida es una "interpretación" de la conciencia humana que se vuelve hacia sí misma y compara la "grandeza" de sus conceptos, intuiciones, valores y esperanzas (sueños) con la miseria cruel, efímera, mortal y sin sentido de la existencia. "Desde que nuestra existencia se abre paso entre la tensa trenza del cordón umbilical y los pañales blancos y ásperos del nuevo mundo todo cuanto sucede es un mar de dificultades, que, a la postre, no eran necesarias, pues la salvación no está en el futuro sino en el pasado" escribió el autor iluminado por la amargura del vivir. "El vivir es ir muriendo cada día", como nos enseñaron Montaigne, Gracián y Quevedo. Y el "ojo" que "desvela" tan miserable condición es la conciencia, que se "elevó" por encima de la vida, para revelar su futilidad. Vivir no es necesario. Vinimos a la vida sin querer y descubriendo que toda ella es sufrimiento, pero la conciencia también nos dio el "bálsamo" del soñar, el imaginar mundos irreales donde el sufrir, el ser abandonado y derrotado y el morir no existen más... "Vivir no es necesario, soñar sí".

Francisco Huertas Hernández
Domingo, 3 de septiembre de 2023

1 comentario:

Francisco dijo...

Un escrito casi científico