La guerra en el cine ruso - Русские военные фильмы
Cuando Hollywood nos engaña
Domingo Risso (adaptación) - Germán Padinger (El Gran Cine Patriótico: cómo Rusia cuenta la Segunda Guerra Mundial a través de sus películas)
Revisión de errores, Transliteración del ruso, Imágenes y Textos de imágenes: Francisco Huertas Hernández
"Освобождение" (1970-1971). Юрий Николаевич Озеров
"Osvobozhdenye" (1970-1971). Yury Nikolaevich Ozerov
(Befreiung / Wyzwolenie)
"Liberación" es el título de una serie de películas sobre la Segunda Guerra Mundial (Gran Guerra Patria) en una super producción entre la Unión Soviética, Polonia, la República Democrática Alemana, Yugoslavia e Italia. Filmada en 70 mm (NIKFI). "Las películas narran de forma dramatizada la liberación del territorio de la Unión Soviética y la posterior derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, centrada en cinco grandes campañas del Frente Oriental: la batalla de Kursk, la ofensiva del Bajo Dnieper, la Operación Bagration, la ofensiva del Vístula-Óder y la batalla de Berlín"
La Plaza Roja de Moscú acoge este miércoles 24 de junio el desfile militar que conmemora el 75.º aniversario del triunfo de la Unión Soviética en la Gran Guerra Patria (1941-1945). El evento, que normalmente tiene lugar en Rusia el 9 de mayo, fue pospuesto este 2020 debido a la pandemia de coronavirus. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, escribió recientemente un artículo sobre la Segunda Guerra Mundial que fue publicado el jueves pasado en la revista estadounidense The National Interest. En el texto, titulado 'Las verdaderas lecciones del 75.º aniversario de la Segunda Guerra Mundial', el jefe de Estado ruso subraya, entre otras cosas, la contribución decisiva de la Unión Soviética y el Ejército Rojo a la derrota de la Alemania nazi. El mandatario recuerda que las pérdidas de la URSS durante la Gran Guerra Patria ascendieron a casi 27 millones de personas. Además, Putin condena los intentos de países occidentales de reescribir el resultado de la guerra e insta a todos los países a acelerar el proceso de desclasificación de los archivos "como lo ha hecho Rusia en los últimos años". No debe resultar extraño que una buena parte de las generaciones occidentales actuales estén plenamente convencidas de que la Segunda Guerra Mundial, -de cuyo final se cumplieron este martes 9 de mayo nada menos que 75 años- fue ganada por el Ejército de los EEUU. Que pese a los años transcurridos persista esa increíble percepción colectiva se debe, fundamentalmente, a las abundantes versiones cinematográficas de Hollywood sobre el desarrollo de la guerra más devastadora que conoce la Historia de la Humanidad. Pero no es esta la única razón. También los libros de texto de institutos y universidades, así como los documentales televisivos, han despachado la narrativa de esos acontecimientos a base de "plumazos", de "flashes" que tenian como objetivo distraer la atención sobre el verdadero desarollo de lo sucedido. El propósito de este relato hegemónico ha ido desnaturalizar la esencia del conflicto, haciendo desaparecer del escenario de la guerra - en la medida de lo posible- a aquellos que a partir de 1945 fueron convertidos en "el enemigo" a batir: los soviéticos.
Durante años, la producción cinematográfica estadounidense ha proporcionado una visión absolutamente falsificada y nada "inocente" de lo acaecido entre 1939 y 1945, ocultando los aspectos más relevantes de la guerra, y presentando como absolutamente decisiva para su resultado final la intervención de EEUU. Se trata de una colosal distorsión de lo que realmente sucedió, promovida como un elemento más de la "guerra fría" entre los EEUU y la Unión Soviética. De una recreación de la realidad insostenible desde el punto de vista histórico. La cuestión es que constatar esta falsificación es una tarea relativamente sencilla al alcance de cualquiera. Basta con cotejar las cifras, los movimientos de los Ejércitos, el número de muertos de cada nacionalidad participante y, sobre todo, comprobar la duración en el tiempo de los diferentes frentes de guerra que se abrieron desde septiembre de 1939 al 9 de Mayo de 1945. No es esta una labor que puedan realizar solamente concienzudos historiadores o investigadores avezados. Cualquiera puede efectuar esta elemental verificación, consultando en el buscador Google de Internet. En definitiva, es una faena de indagación que podría realizar hasta un niño de doce años. ¿No vale la pena invertir unos minutos de esfuerzo para acabar con un mito tramposo que nos ha falsificado la historia del siglo XX?
Vamos, pues, a las frías estadísticas sobre la II Guerra Mundial. Véalas con atención y reflexione brevemente sobre ellas:
- El Ejército alemán sufrió un total de 4.743.000 muertos. De ellos 3.549.000 lo fueron a manos del Ejército Rojo y de las guerrillas soviéticas. O dicho de otra forma, en el frente oriental murió el 73% de los soldados alemanes.
- Cerca de 30 millones de hombres y mujeres de la Unión Soviética murieron como resultado de la contienda.
- Los EEUU perdieron en el curso de todo el conflicto bélico solo medio millón de hombres.
- Francia perdió 800.000 soldados y civiles durante los cinco años de guerra.
- Las bajas británicas no llegaron a alcanzar las 450.000 personas, entre las que se incluyen las víctimas de bombardeos alemanes sobre Gran Bretaña.
- Alemania sufrió la pérdida de 9.800.000 personas, entre civiles y militares.
- Bajo el nombre en código "Operación Barbarroja", la Alemania nazi invadió la Unión Soviética el 22 de junio de 1941. Es decir, el frente militar entre Alemania y la Unión Soviética permaneció abierto durante cuatro años, en lo que fue la operación militar alemana más grande de la II Guerra Mundial.
- EEUU, Inglaterra y el cuerpo expedicionario encabezado por el general de Gaulle abrieron el frente occidental contra los alemanes el 6 de junio de 1944, con el desembarco en Normandía. Es decir, la confrontación bélica entre los aliados occidentales y Alemania duró menos de un año. EEUU y Gran Bretaña combatieron contra un Ejército alemán tremendamente debilitado, y que tenía concentrada su maquinaria militar en el frente del Este europeo, tratando de contener el avance del Ejército Rojo.
El Gran Cine Patriótico: cómo Rusia cuenta la Segunda Guerra Mundial (Великая Отечественная война, Velíkaya Otéchestvennaya voyná - Gran Guerra Patria) a través de sus películas. Con una larga historia de filmes bélicos estrenados en la era soviética, el gobierno de Vladimir Putin ha vuelto a promover en los últimos años una nueva ola de producciones sobre el conflicto. Similitudes y diferencias entre dos tradiciones distintas. En un cuadro gris, salpicado por el verde uniforme de una masa interminable de soldados que sencillamente aparecen entre los árboles y las columnas de humo, un muy joven tanquista sube a la torreta de su T-34 y expresa un lacónico “adelante”. El conductor acata la orden, las orugas giran pisando faroles y un gran enrejado, aparente puerta de entrada al parque de una ciudad europea, rodeado de soldados que lo acompañan como moscas y se abalanzan sobre otros soldados, vestidos de gris. Entonces la acción pasa al claustrofóbico interior del vehículo blindado, donde la oscuridad es total salvo en la cara subrayada, por la luz que entra por el periscopio, del tanquista. Abre los ojos y sonríe porque los espejos del periscopio parecen haber reproducido algo que increíblemente aún puede sorprender a un muchacho que ha adquirido la suficiente experiencia como para convertirse en comandante de un tanque, una brutal máquina de matar. La ciudad europea es Berlín, y el parque al que las tropas del Ejército Rojo acaban de entrar, en medio de la última batalla de la Gran Guerra Patriótica (como los rusos conocen a a la Segunda Guerra Mundial), es el famoso zoológico de la capital alemana (Zoologischer Garten)
Durante años, la producción cinematográfica estadounidense ha proporcionado una visión absolutamente falsificada y nada "inocente" de lo acaecido entre 1939 y 1945, ocultando los aspectos más relevantes de la guerra, y presentando como absolutamente decisiva para su resultado final la intervención de EEUU. Se trata de una colosal distorsión de lo que realmente sucedió, promovida como un elemento más de la "guerra fría" entre los EEUU y la Unión Soviética. De una recreación de la realidad insostenible desde el punto de vista histórico. La cuestión es que constatar esta falsificación es una tarea relativamente sencilla al alcance de cualquiera. Basta con cotejar las cifras, los movimientos de los Ejércitos, el número de muertos de cada nacionalidad participante y, sobre todo, comprobar la duración en el tiempo de los diferentes frentes de guerra que se abrieron desde septiembre de 1939 al 9 de Mayo de 1945. No es esta una labor que puedan realizar solamente concienzudos historiadores o investigadores avezados. Cualquiera puede efectuar esta elemental verificación, consultando en el buscador Google de Internet. En definitiva, es una faena de indagación que podría realizar hasta un niño de doce años. ¿No vale la pena invertir unos minutos de esfuerzo para acabar con un mito tramposo que nos ha falsificado la historia del siglo XX?
Vamos, pues, a las frías estadísticas sobre la II Guerra Mundial. Véalas con atención y reflexione brevemente sobre ellas:
- El Ejército alemán sufrió un total de 4.743.000 muertos. De ellos 3.549.000 lo fueron a manos del Ejército Rojo y de las guerrillas soviéticas. O dicho de otra forma, en el frente oriental murió el 73% de los soldados alemanes.
- Cerca de 30 millones de hombres y mujeres de la Unión Soviética murieron como resultado de la contienda.
- Los EEUU perdieron en el curso de todo el conflicto bélico solo medio millón de hombres.
- Francia perdió 800.000 soldados y civiles durante los cinco años de guerra.
- Las bajas británicas no llegaron a alcanzar las 450.000 personas, entre las que se incluyen las víctimas de bombardeos alemanes sobre Gran Bretaña.
- Alemania sufrió la pérdida de 9.800.000 personas, entre civiles y militares.
- Bajo el nombre en código "Operación Barbarroja", la Alemania nazi invadió la Unión Soviética el 22 de junio de 1941. Es decir, el frente militar entre Alemania y la Unión Soviética permaneció abierto durante cuatro años, en lo que fue la operación militar alemana más grande de la II Guerra Mundial.
- EEUU, Inglaterra y el cuerpo expedicionario encabezado por el general de Gaulle abrieron el frente occidental contra los alemanes el 6 de junio de 1944, con el desembarco en Normandía. Es decir, la confrontación bélica entre los aliados occidentales y Alemania duró menos de un año. EEUU y Gran Bretaña combatieron contra un Ejército alemán tremendamente debilitado, y que tenía concentrada su maquinaria militar en el frente del Este europeo, tratando de contener el avance del Ejército Rojo.
El Gran Cine Patriótico: cómo Rusia cuenta la Segunda Guerra Mundial (Великая Отечественная война, Velíkaya Otéchestvennaya voyná - Gran Guerra Patria) a través de sus películas. Con una larga historia de filmes bélicos estrenados en la era soviética, el gobierno de Vladimir Putin ha vuelto a promover en los últimos años una nueva ola de producciones sobre el conflicto. Similitudes y diferencias entre dos tradiciones distintas. En un cuadro gris, salpicado por el verde uniforme de una masa interminable de soldados que sencillamente aparecen entre los árboles y las columnas de humo, un muy joven tanquista sube a la torreta de su T-34 y expresa un lacónico “adelante”. El conductor acata la orden, las orugas giran pisando faroles y un gran enrejado, aparente puerta de entrada al parque de una ciudad europea, rodeado de soldados que lo acompañan como moscas y se abalanzan sobre otros soldados, vestidos de gris. Entonces la acción pasa al claustrofóbico interior del vehículo blindado, donde la oscuridad es total salvo en la cara subrayada, por la luz que entra por el periscopio, del tanquista. Abre los ojos y sonríe porque los espejos del periscopio parecen haber reproducido algo que increíblemente aún puede sorprender a un muchacho que ha adquirido la suficiente experiencia como para convertirse en comandante de un tanque, una brutal máquina de matar. La ciudad europea es Berlín, y el parque al que las tropas del Ejército Rojo acaban de entrar, en medio de la última batalla de la Gran Guerra Patriótica (como los rusos conocen a a la Segunda Guerra Mundial), es el famoso zoológico de la capital alemana (Zoologischer Garten)
En una escena famosa y conmovedora de "Освобождение" (Osvobozhdenie) (Liberación), la épica saga de cinco películas sobre la Segunda Guerra Mundial estrenada entre 1970 y 1971 y filmada por el director Yuri Ozerov, cisnes, búfalos, vicuñas y monos aparecen a través del periscopio en una paleta dorada, y el tanquista, emocionado, pide que no les disparen a los animales y repite “¡antílopes!”, emocionado. Mientras tanto, el sonido de los disparos, las explosiones y las orugas rompiendo todo a su paso queda completamente anulado por una música, un tema sencillo ejecutado por un saxofón y cuerdas, parte de la música compuesta por Yuri Levitin y el gran Aram Ilych Jachaturian. Poco conocida en Occidente, Liberación fue distribuida en todo el bloque de las democracias socialistas y vista por millones de personas. Consta de cinco películas (un total de 477 minutos de duración), que narran episodios desde la Batalla de Kursk, usualmente considerada el punto bisagra en el Frente Oriental, hasta la captura de Berlín por parte del Ejército Rojo, e involucró a las productoras más importantes del otro lado de la Cortina de Hierro, entre ellas el estudio ruso Mosfilm y la Deutsche Film-Aktiengesellschaft (DEFA), en Alemania Oriental. Por su épica descomunal (algunas escenas de batalla involucran a miles de extras y decenas de tanques), su larga duración y la fuerte campaña de promoción encarada por el estado soviético, Liberación es quizás la pieza cinematográfica más recordada dentro de una rica tradición de películas bélicas dedicadas a la Segunda Guerra Mundial y filmadas en la Unión Soviética (URSS)
Pero no fue la única y quizás tampoco la mejor de estas películas con un fuerte contenido propagandístico, diseñadas para exaltar valores soviéticos y en gran medida pensadas para contrarrestar un aluvión de películas sobre la Segunda Guerra Mundial estrenadas en aquella época en Estados Unidos (y que continuaron en los años posteriores), subordinadas a otros valores y otros objetivos propagandísticos contrarios. Una faceta más de la Guerra Fría, desde el entretenimiento de masas. Esta tradición, que quedó truncada tanto en el número de estrenos como en el estilo tras la caída de la Unión Soviética, parece estar reviviendo en la última década con un impresionante número de películas que se están estrenando en Rusia con la misma temática y el apoyo del gobierno del presidente Vladimir Putin. Aunque los tiempos han cambiado, y así también los héroes, los valores y las representaciones.
La era soviética
Pero no fue la única y quizás tampoco la mejor de estas películas con un fuerte contenido propagandístico, diseñadas para exaltar valores soviéticos y en gran medida pensadas para contrarrestar un aluvión de películas sobre la Segunda Guerra Mundial estrenadas en aquella época en Estados Unidos (y que continuaron en los años posteriores), subordinadas a otros valores y otros objetivos propagandísticos contrarios. Una faceta más de la Guerra Fría, desde el entretenimiento de masas. Esta tradición, que quedó truncada tanto en el número de estrenos como en el estilo tras la caída de la Unión Soviética, parece estar reviviendo en la última década con un impresionante número de películas que se están estrenando en Rusia con la misma temática y el apoyo del gobierno del presidente Vladimir Putin. Aunque los tiempos han cambiado, y así también los héroes, los valores y las representaciones.
La era soviética
La lista de películas bélicas soviéticas sobre la Gran Guerra Patria es interminable y casi imposible en encarar y asimilar desde Occidente, donde poco llegó en aquel momento y llega aún hoy. Las primeras se estrenaron aún en tiempos de guerra, y en la década de 1950 hubo también una gran cantidad de películas dedicadas a diferentes batallas, en especial la ocurrida en las afueras de Moscú en 1941, cuando la invasión alemana casi triunfa en su intento de destruir a la URSS, y los combates finales, y triunfales, en Berlín en 1945. El tono de estas primeras películas es más íntimo y las historias retratadas son en general mínimas: pequeñas unidades, familias destruidas por la guerra. Aunque destaca también "Падение Берлина" (Padeniye Berlina) (La caída de Berlín), lanzada en 1950, un adelanto de lo que sería Liberación.
"Падение Берлина" (1950). Михаил Эдишерович Чиаурели
"Padeniye Berlina" (1950). Mijail Edisherovich Chiaureli
"La caída de Berlín" es una película bélica soviética que loa la victoria de la URSS comandada por Stalin en la Gran Guerra Patria (1941-1945). Perteneciente a la estética del realismo socialista y muestra del culto a la personalidad (Культ личности), una de las bases de la autocracia
"Горячий снег" (1972). Гавриил Георгиевич Егиазаров
"Goryachiy sneg" (1972). Gavriil Georgyevich Yegiazarov
"Nieve ardiente" relata el asedio de Stalingrado en 1942
"Они сражались за Родину" (1975). Сергей Фёдорович Бондарчук
"Oni srazhalis' za Rodinu" (1975). Sergey Fiodorovich Bondarchuk
"Lucharon por su país" es otro largometraje sobre el sitio de Stalingrado, que adapta una novela de Mijail Aleksandrovich Sholojov
"Торпедоносцы" (1983). Семён Давидович Аранович
"Torpedonostsy" (1983). Semion Davidovich Aranovich
"Los pilotos torpederos". Drama bélico soviético sobre los pilotos de combate durante la guerra
"Иди и смотри" (1985). Элем Германович Климов
"Idí i Smotrí" (1985). Elem Germanovich Klimov
"Ven y mira" es un clásico del cine mundial. La película se rodó para celebrar el cuadragésimo aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi en la Gran Guerra Patria, y fue producida por los estudios cinematográficos Mosfilm y Belarusfilm. Relata a través de un niño, progresivamente endurecido por el sufrimiento, la matanza sistemática de los habitantes de aldeas bielorrusas por parte del ejército invasor. Hablada en ruso, bielorruso y alemán
"Утомлённые солнцем" (1994). Никита Сергеевич Михалков
"Utomlyonnye solntsem" (1994). Nikita Sergeievich Mijalkov
"Quemado por el sol" obtuvo un Oscar y el premio del Festival de Cannes. Un condecorado y reverenciado héroe de guerra pasa con su familia un tranquilo día de verano, cuando recibe la visita inesperada de un hombre al que no veía desde hacía años. Con el paso de las horas descubre el motivo de la visita. Es una denuncia de las purgas stalinistas
"Утомлённые солнцем 2: Предстояние" (2010). Никита Сергеевич Михалков
"Utomlyonnye solntsem 2: Predstoyanie" (2010). Nikita Sergeievich Mijalkov
"Quemado por el sol 2" continuación de la anterior, dividida en dos partes con una duración total de ¡¡¡338 minutos!!!. Fue la película con mayor presupuesto del cine ruso pero fracasó en taquilla y obtuvo malas críticas
"Брестская крепость" (2010). Александр Константинович Котт
"Brestskaya krepost" (2010). Aleksandr Konstantinovivh Kott
"Fortress of War" (La Resistencia) narra la defensa de la fortaleza de Brest en 1941
"Несокрушимый" (2018). Константин Максимов
"Nesokrushimyy" (2018). Konstantin Maksimov
"Indestructible" (Tankers)
"А зори здесь тихие" (1972). Станислав Иосифович Ростоцкий
"A zori zdes tijye" (1972). Stanislav Iosifovich Rostotskiy
"Aquí los amaneceres son apacibles" ofrece una mirada femenina y antibelicista con un grupo de mujeres soldados rusas en la zona cercana a Finlandia
"А зори здесь тихие" (2015). Ренат Фаварисович Давлетьяров
"A zori zdec tijye" (2015). Renat Favarisovich Davletyarov
Una nueva versión del film anterior, basado en la novela de Boris Vasilyev
El estreno en 1962 de The Longest Day (El día más largo), la superproducción estadounidense y europea que agrupó a algunas de las principales estrellas de Hollywood de la época (John Wayne, Herny Fonda, Robert Mitchum, entre muchos otros) para contar el desembarco en Normandía el 6 de junio de 1944, provocó ira en la Unión Soviética ante lo que fue considerado una afrenta histórica: la película no menciona en ningún momento los esfuerzos del Ejército Rojo en el este, que avanzaba hacia Berlín sin pausa y con enormes pérdidas, mientras las tropas angloestadounidenses desembarcaban en el norte de Francia en una operación coordinada con Moscú. La Guerra Fría se encontraba en lo que suele ser considerado su punto más elevado: 1962 fue el año de la crisis de los misiles, cuando Estados Unidos y Rusia estuvieron a punto de entrar en una guerra apocalíptica tras el despliegue de armas nucleares en Turquía y Cuba por parte de ambas superpotencias.
Liberación fue, en parte, la respuesta a El día más largo, e inauguró una era de monumentales películas bélicas que cobraron aún mayor impulso en la década de 1970 y 1980. Destacan entre éstas "Горячий снег" (Goryachiy sneg) (Nieve ardiente), de 1972 y dirigida por Gavriil Yegiazarov, y "Они сражались за Родину" (Oni srazhalis’ za Rodinu) (Lucharon por su país), de Sergei Bondarchuk, y estrenada en 1975, ambas dedicadas a la Batalla de Stalingrado librada entre finales de 1942 y principios de 1943.
Por otro lado "Торпедоносцы" (Torpedonostsy) (Los pilotos torpederos), de 1983 y del director Semion Aranovich, tiende una inusual línea con Occidente al concentrarse en un episodio de colaboración entre aliados durante la guerra, cuando buques mercantes estadounidenses y británicos llevaron suministros a la URSS a través del Ártico, enfrentándose a la aviación y a la flota alemana. La película se concentra sobre las acciones de un regimiento de la fuerza aérea soviética y las familias de los pilotos, y es considerada un hito cinematográfico por sus escenas de combates aéreos.
La lista, como se ha dicho, es interminable, pero los elementos se repiten. Siguiendo valores y ideales de la URSS, los héroes representados no son individuales (como suele mostrar Hollywood al menos desde películas como To Hell and Back, de 1955, centrada en las hazañas espectaculares de un sólo hombre: Audrey Murphy) sino siempre colectivos: el foco está siempre en regimientos, pelotones y ejércitos compuesto de héroes anónimos (con excepción, quizás, de algunos generales elevados en la posguerra al panteón soviético, como el mariscal Georgi Zhukov), y los esfuerzos, y sacrificios, compartidos. También a diferencia del cine bélico de Hollywood, donde los enemigos suelen tener mala puntería y morir de a cientos, el ejército alemán presentado en el cine soviético es poderoso, eficiente y temible. Las victorias soviéticas son extremadamente costosas, casi pírricas, aunque siempre llegan (no hay tradición de filmar derrotas). Por supuesto, cualquier otra representación hubiera sido desestimada por la población que experimentó la guerra en su territorio y sabía muy bien qué tan terrible había sido, una situación no compartida por los civiles estadounidenses. Esto se exhibe en un intento de coreografiar escenas realistas, dentro de los límites técnicos, usando un gran número de extras (por lo general soldados de diferentes ejércitos del Pacto de Varsovia), enormes cantidades de equipo (de la época, o maquillado para aparentarlo) y grandes tomas aéreas. El resultado puede ser más documental y pedagógico que entretenido, y Liberación tuvo problemas en mantener la atención de los espectadores sobre estas gigantescas representaciones. Al mismo tiempo, las películas intentan separar y rehabilitar a los civiles alemanes y al soldado común de los jerarcas nazis, brutales adversarios que son usados para representar no sólo al enemigo histórico que invadió y sembró la destrucción en la URSS, sino también al de la época del estreno de las películas: capitanes de industria y miembros de clases privilegiadas en los países occidentales, y en definitiva enemigos del pueblo, cualquiera fuera su nacionalidad. El contexto es clave: los alemanes del este eran aliados estratégicos de los rusos, y sus fuerzas armadas, primera línea en una guerra hipotética con la OTAN, estaban repletas de ex soldados de la Wehrmacht. También, eran parte del público que asistía a ver estas películas. El cine los mostraba entonces como víctimas del nazismo, liberados por el Ejército Rojo e incorporados al mundo socialista como pares valiosos. Esto también significó que los saqueos y las matanzas y violaciones indiscriminadas perpetradas por tropas rusas en Alemania durante y tras el fin de la guerra, no aparecen en ninguna de estas películas. Pero tampoco las atrocidades de las SS y el Holocausto tienen mucho peso, con excepción, entre otras, de la desgarradora "Иди и смотри" (Idí i Smotrí) (Ven y Mira), de 1985 y dirigida por Elem Klimov.
La rica tradición cinéfila alemana fue también incorporada en estas películas, a través del mencionado estudio DEFA ubicado en Alemania Oriental. Por esta razón, personajes alemanes son siempre representados por actores alemanes hablando alemán, a diferencia de Hollywood y su voluntad, por ese entonces, de usar intérpretes estadounidenses hablando en un inglés con acento (salvo excepciones como, precisamente, El día más largo). En Liberación, además, las escenas de acción y las protagonizadas por rusos están filmadas en color. Las que muestran a los generales alemanes e incluso al dictador Adolf Hitler, están, en cambio, en blanco y negro, un uso simbólico para un tecnología que era aún muy nueva.
Otro punto en común en estas películas es la ausencia total de referencias religiosas, lo cual cambiaría décadas después. No hay escenas de soldados rezando en las películas encargadas por el estado ateo, no hay imágenes de santos ni encomendaciones a ningún Dios en momentos de terror, a pesar de que el cristianismo ortodoxo y el islam seguían siendo importantes en los pueblos que compusieron la URSS, aunque fuera en secreto.
Las revoluciones en Europa del Este en 1989 y la posterior caída de la URSS en 1991, que trajo una era de caos político y escasez, puso fin a esta era de películas épicas. Pero el cine ruso siguió adelante. "Утомлённые солнцем" (Utomlyonnye solntsem) (Quemado por el sol), una película estrenada en 1994 y dirigida por Nikita Mijalkov, marca de alguna manera el giro que comenzaría a tomar el cine bélico, liberado de sus requisitos propagandísticos y enfocado también en un público global (ganaría el Oscar a la mejor Película Extranjera y el Premio del Jurado en Cannes). Las miserias de la vida soviética en los años 30, la persecución estalinista y los garrafales errores cometidos por los militares en los primeros años de la invasión nazi, comenzaron a colarse en películas como ésta, de las pocas en hablar específicamente de lo absurdo de la guerra.
En 2002 el director Alexandr Sokurov, famoso en Occidente por su aclamada "Русский ковчег" (Russkiy kovcheg) (El Arca rusa), se permitió hacer algo poco común en el cine ruso pero que nunca causó pruritos a Hollywood: filmar una película sobre la Segunda Guerra Mundial pero desde la perspectiva de los enemigos y los aliados. "Солнце" (Solntse) (Sol) (2005), dirigida también por Aleksandr Sokurov, muestra los últimos días de la guerra desde la perspectiva de Hirohito, Emperador del Japón. Hiroshima y Nagasaki han sido ya arrasadas, y tras la rendición de su país, el general estadounidense y comandante de la ocupación, Douglas MacArthur, se reúne con el regente para negociar la llamada “Declaración de Humanidad”: la renuncia del Emperador a su condición de Dios en la tierra. No es ésta una película bélica tradicional, pero aporta a la visión rusa de la Segunda Guerra Mundial a través de una premisa y lenguaje único: las escenas giran en torno a los encuentros y conversaciones entre Hirohito y McArthur, con un ritmo muy lento y una fina atención al sonido y el silencio.
Mijalkov estrenó "Утомлённые солнцем 2: Предстояние" (Utomlyonnye solntsem 2: Predstoyanie) (Quemado por el Sol 2) en 2010, y amplió en sus críticas a la dirección soviética de la guerra (en especial a su pobre preparación para el ataque alemán de 1941) y a la figura paranoica de Josef Stalin. Pero la película estuvo marcada por un hecho externo. En 2008 el entonces primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, de quien Mijalkov era un admirador, visitó el set de filmación, interesado por una nueva obra que, si bien criticaba con ironía y hasta humor negro al esfuerzo soviético, hacía enormes esfuerzos técnicos por reproducir los tiempos pasados. Putin debió haber sufrido una fuerte impresión viendo trabajar a Mijalkov, ya que a partir de entonces el número de estrenos de películas sobre la Gran Guerra Patria no ha parado de crecer.
Las críticas al legado soviético no duraron mucho, sin embargo, pero tampoco esto significó una vuelta al estilo de Liberación y otras películas. "Брестская крепость" (Brestskaya krepost) (La Resistencia), de Aleksandr Kott, fue también estrenada en 2010 y se concentra, algo poco usual, en una derrota soviética, la ocurrida en la fortaleza de Brest en 1941 cuando los ejércitos alemanes se vieron retrasados en su avance y sufrieron una victoria pírrica tomando este sitio. Enmarcada en el clásico subgénero bélico de la fortaleza sitiada, la película pone el foco en la resistencia y el sacrificio de las tropas (incluye una escena en la que uno de los protagonistas, ya viejo, acude al lugar donde ocurrió la batalla con su nieto), con pocas otras sutilezas políticas o propagandísticas, y sí con atención a los efectos especiales y las escenas de acción.
En 2013 el cine ruso volvió a uno de sus temas preferidos, la Batalla de Stalingrado, con una película titulada simplemente con el nombre de la ciudad hoy conocida como Volgogrado, "Сталинград" dirigida por Fiodor Bondarchuk.
Con la nueva Stalingrado ocurrió algo similar a la dupla El día más largo / Liberación. Una película alemana del mismo nombre y estrenada en 1993, hoy considerada un clásico, y otra producción francoestadounidnese de 2001 (Enemigo al acecho), junto a numerosos videojuegos, habían monopolizado las representaciones a nivel global de una de las batallas más importantes en la historia de Rusia. La película de 2013, una superproducción dirigida por Fiodor Bondarchuk (un reconocido simpatizante de Putin y miembro del partido del presidente, Rusia Unida), intenta solucionar esto apelando en especial a las escenas espectaculares de acción, con múltiples tomas en cámara lenta y grandes explosiones.
Como en "Брестская крепость" (Brestskaya krepost) (La Resistencia) (2010), de Aleksandr Kott, hay también una voluntad manifiesta de vincular los sacrificios con el presente de la Rusia del siglo XXI, y la película abre y cierra con escenas situadas en la actualidad y vinculadas, como pareciera ocurrir en todo gran éxito taquillero, con una historia de amor. “Hay muchos efectos especiales en mis películas, eso lo único que me pone en el mismo territorio de Hollywood. Estoy tratando de alejarme de esas comparaciones, estoy tratando de crear algo que tiene un sabor nacional ruso”, expresó Bondarchuk en una entrevista con la revista Electric Ghost.
La lista de películas bélicas rusas recientes es también muy larga y muy pocas tienen distribución internacional, aunque a diferencia de lo ocurrido en la era soviética, Internet hace posible que el alcance sea mayor. Algunas notables son "Несокрушимый" (Nesokrushimyy) (Indestructible) de 2018, dirigida por Konstantin Maksimov, y otra vez dedicada a los tanques, y "А зори здесь тихие" (A zori zdes tijye) (Aquí los amaneceres son apacibles), estrenada en 2015, de Renat Favarisovich Davletyarov, un drama sobre una unidad de artillería antiaérea operada por mujeres, que ya se había filmado en 1972. Y aunque es quizás difícil hablar de una nueva tradición, ya existen numerosos elementos comunes en esta ola, muy diferentes a los de la era soviética.
En primer lugar, la influencia de Hollywood, no sólo en efectos especiales como señala Bondarchuk, en una Rusia que ha pasado del comunismo al capitalismo de amigos y oligarcas cercanos al poder, pero que al mismo tiempo intenta promover valores patrióticos y vincular con el pasado, parece haber llevado al abandono de los colectivos heroicos, dejado lugar a los héroes individuales, en muchos casos con capacidades casi sobrehumanas. Al mismo tiempo, los soldados alemanes a los que se enfrentan tienen una reputación temible, pero al momento de la acción suelen ser ineptos, letárgicos y desafortunados, siempre superados por los astutos rusos en una variante del llamado “efecto stormtrooper” (basado en la saga de La Guerra de las Galaxias, se refiere al pobre desempeño de los villanos en combate contra los protagonistas, llevado al punto del ridículo)
En esta nueva ola es también notable la visibilización del cristianismo ortodoxo, y los soldados rezan antes de las batallas y llevan figuras religiosas en las paredes de acero de sus tanques, en medio de un aparente esfuerzo por mostrar valores tradicionales y nacionalistas.
Liberación fue, en parte, la respuesta a El día más largo, e inauguró una era de monumentales películas bélicas que cobraron aún mayor impulso en la década de 1970 y 1980. Destacan entre éstas "Горячий снег" (Goryachiy sneg) (Nieve ardiente), de 1972 y dirigida por Gavriil Yegiazarov, y "Они сражались за Родину" (Oni srazhalis’ za Rodinu) (Lucharon por su país), de Sergei Bondarchuk, y estrenada en 1975, ambas dedicadas a la Batalla de Stalingrado librada entre finales de 1942 y principios de 1943.
Por otro lado "Торпедоносцы" (Torpedonostsy) (Los pilotos torpederos), de 1983 y del director Semion Aranovich, tiende una inusual línea con Occidente al concentrarse en un episodio de colaboración entre aliados durante la guerra, cuando buques mercantes estadounidenses y británicos llevaron suministros a la URSS a través del Ártico, enfrentándose a la aviación y a la flota alemana. La película se concentra sobre las acciones de un regimiento de la fuerza aérea soviética y las familias de los pilotos, y es considerada un hito cinematográfico por sus escenas de combates aéreos.
La lista, como se ha dicho, es interminable, pero los elementos se repiten. Siguiendo valores y ideales de la URSS, los héroes representados no son individuales (como suele mostrar Hollywood al menos desde películas como To Hell and Back, de 1955, centrada en las hazañas espectaculares de un sólo hombre: Audrey Murphy) sino siempre colectivos: el foco está siempre en regimientos, pelotones y ejércitos compuesto de héroes anónimos (con excepción, quizás, de algunos generales elevados en la posguerra al panteón soviético, como el mariscal Georgi Zhukov), y los esfuerzos, y sacrificios, compartidos. También a diferencia del cine bélico de Hollywood, donde los enemigos suelen tener mala puntería y morir de a cientos, el ejército alemán presentado en el cine soviético es poderoso, eficiente y temible. Las victorias soviéticas son extremadamente costosas, casi pírricas, aunque siempre llegan (no hay tradición de filmar derrotas). Por supuesto, cualquier otra representación hubiera sido desestimada por la población que experimentó la guerra en su territorio y sabía muy bien qué tan terrible había sido, una situación no compartida por los civiles estadounidenses. Esto se exhibe en un intento de coreografiar escenas realistas, dentro de los límites técnicos, usando un gran número de extras (por lo general soldados de diferentes ejércitos del Pacto de Varsovia), enormes cantidades de equipo (de la época, o maquillado para aparentarlo) y grandes tomas aéreas. El resultado puede ser más documental y pedagógico que entretenido, y Liberación tuvo problemas en mantener la atención de los espectadores sobre estas gigantescas representaciones. Al mismo tiempo, las películas intentan separar y rehabilitar a los civiles alemanes y al soldado común de los jerarcas nazis, brutales adversarios que son usados para representar no sólo al enemigo histórico que invadió y sembró la destrucción en la URSS, sino también al de la época del estreno de las películas: capitanes de industria y miembros de clases privilegiadas en los países occidentales, y en definitiva enemigos del pueblo, cualquiera fuera su nacionalidad. El contexto es clave: los alemanes del este eran aliados estratégicos de los rusos, y sus fuerzas armadas, primera línea en una guerra hipotética con la OTAN, estaban repletas de ex soldados de la Wehrmacht. También, eran parte del público que asistía a ver estas películas. El cine los mostraba entonces como víctimas del nazismo, liberados por el Ejército Rojo e incorporados al mundo socialista como pares valiosos. Esto también significó que los saqueos y las matanzas y violaciones indiscriminadas perpetradas por tropas rusas en Alemania durante y tras el fin de la guerra, no aparecen en ninguna de estas películas. Pero tampoco las atrocidades de las SS y el Holocausto tienen mucho peso, con excepción, entre otras, de la desgarradora "Иди и смотри" (Idí i Smotrí) (Ven y Mira), de 1985 y dirigida por Elem Klimov.
La rica tradición cinéfila alemana fue también incorporada en estas películas, a través del mencionado estudio DEFA ubicado en Alemania Oriental. Por esta razón, personajes alemanes son siempre representados por actores alemanes hablando alemán, a diferencia de Hollywood y su voluntad, por ese entonces, de usar intérpretes estadounidenses hablando en un inglés con acento (salvo excepciones como, precisamente, El día más largo). En Liberación, además, las escenas de acción y las protagonizadas por rusos están filmadas en color. Las que muestran a los generales alemanes e incluso al dictador Adolf Hitler, están, en cambio, en blanco y negro, un uso simbólico para un tecnología que era aún muy nueva.
Otro punto en común en estas películas es la ausencia total de referencias religiosas, lo cual cambiaría décadas después. No hay escenas de soldados rezando en las películas encargadas por el estado ateo, no hay imágenes de santos ni encomendaciones a ningún Dios en momentos de terror, a pesar de que el cristianismo ortodoxo y el islam seguían siendo importantes en los pueblos que compusieron la URSS, aunque fuera en secreto.
Las revoluciones en Europa del Este en 1989 y la posterior caída de la URSS en 1991, que trajo una era de caos político y escasez, puso fin a esta era de películas épicas. Pero el cine ruso siguió adelante. "Утомлённые солнцем" (Utomlyonnye solntsem) (Quemado por el sol), una película estrenada en 1994 y dirigida por Nikita Mijalkov, marca de alguna manera el giro que comenzaría a tomar el cine bélico, liberado de sus requisitos propagandísticos y enfocado también en un público global (ganaría el Oscar a la mejor Película Extranjera y el Premio del Jurado en Cannes). Las miserias de la vida soviética en los años 30, la persecución estalinista y los garrafales errores cometidos por los militares en los primeros años de la invasión nazi, comenzaron a colarse en películas como ésta, de las pocas en hablar específicamente de lo absurdo de la guerra.
En 2002 el director Alexandr Sokurov, famoso en Occidente por su aclamada "Русский ковчег" (Russkiy kovcheg) (El Arca rusa), se permitió hacer algo poco común en el cine ruso pero que nunca causó pruritos a Hollywood: filmar una película sobre la Segunda Guerra Mundial pero desde la perspectiva de los enemigos y los aliados. "Солнце" (Solntse) (Sol) (2005), dirigida también por Aleksandr Sokurov, muestra los últimos días de la guerra desde la perspectiva de Hirohito, Emperador del Japón. Hiroshima y Nagasaki han sido ya arrasadas, y tras la rendición de su país, el general estadounidense y comandante de la ocupación, Douglas MacArthur, se reúne con el regente para negociar la llamada “Declaración de Humanidad”: la renuncia del Emperador a su condición de Dios en la tierra. No es ésta una película bélica tradicional, pero aporta a la visión rusa de la Segunda Guerra Mundial a través de una premisa y lenguaje único: las escenas giran en torno a los encuentros y conversaciones entre Hirohito y McArthur, con un ritmo muy lento y una fina atención al sonido y el silencio.
Mijalkov estrenó "Утомлённые солнцем 2: Предстояние" (Utomlyonnye solntsem 2: Predstoyanie) (Quemado por el Sol 2) en 2010, y amplió en sus críticas a la dirección soviética de la guerra (en especial a su pobre preparación para el ataque alemán de 1941) y a la figura paranoica de Josef Stalin. Pero la película estuvo marcada por un hecho externo. En 2008 el entonces primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, de quien Mijalkov era un admirador, visitó el set de filmación, interesado por una nueva obra que, si bien criticaba con ironía y hasta humor negro al esfuerzo soviético, hacía enormes esfuerzos técnicos por reproducir los tiempos pasados. Putin debió haber sufrido una fuerte impresión viendo trabajar a Mijalkov, ya que a partir de entonces el número de estrenos de películas sobre la Gran Guerra Patria no ha parado de crecer.
Las críticas al legado soviético no duraron mucho, sin embargo, pero tampoco esto significó una vuelta al estilo de Liberación y otras películas. "Брестская крепость" (Brestskaya krepost) (La Resistencia), de Aleksandr Kott, fue también estrenada en 2010 y se concentra, algo poco usual, en una derrota soviética, la ocurrida en la fortaleza de Brest en 1941 cuando los ejércitos alemanes se vieron retrasados en su avance y sufrieron una victoria pírrica tomando este sitio. Enmarcada en el clásico subgénero bélico de la fortaleza sitiada, la película pone el foco en la resistencia y el sacrificio de las tropas (incluye una escena en la que uno de los protagonistas, ya viejo, acude al lugar donde ocurrió la batalla con su nieto), con pocas otras sutilezas políticas o propagandísticas, y sí con atención a los efectos especiales y las escenas de acción.
En 2013 el cine ruso volvió a uno de sus temas preferidos, la Batalla de Stalingrado, con una película titulada simplemente con el nombre de la ciudad hoy conocida como Volgogrado, "Сталинград" dirigida por Fiodor Bondarchuk.
Con la nueva Stalingrado ocurrió algo similar a la dupla El día más largo / Liberación. Una película alemana del mismo nombre y estrenada en 1993, hoy considerada un clásico, y otra producción francoestadounidnese de 2001 (Enemigo al acecho), junto a numerosos videojuegos, habían monopolizado las representaciones a nivel global de una de las batallas más importantes en la historia de Rusia. La película de 2013, una superproducción dirigida por Fiodor Bondarchuk (un reconocido simpatizante de Putin y miembro del partido del presidente, Rusia Unida), intenta solucionar esto apelando en especial a las escenas espectaculares de acción, con múltiples tomas en cámara lenta y grandes explosiones.
Como en "Брестская крепость" (Brestskaya krepost) (La Resistencia) (2010), de Aleksandr Kott, hay también una voluntad manifiesta de vincular los sacrificios con el presente de la Rusia del siglo XXI, y la película abre y cierra con escenas situadas en la actualidad y vinculadas, como pareciera ocurrir en todo gran éxito taquillero, con una historia de amor. “Hay muchos efectos especiales en mis películas, eso lo único que me pone en el mismo territorio de Hollywood. Estoy tratando de alejarme de esas comparaciones, estoy tratando de crear algo que tiene un sabor nacional ruso”, expresó Bondarchuk en una entrevista con la revista Electric Ghost.
La lista de películas bélicas rusas recientes es también muy larga y muy pocas tienen distribución internacional, aunque a diferencia de lo ocurrido en la era soviética, Internet hace posible que el alcance sea mayor. Algunas notables son "Несокрушимый" (Nesokrushimyy) (Indestructible) de 2018, dirigida por Konstantin Maksimov, y otra vez dedicada a los tanques, y "А зори здесь тихие" (A zori zdes tijye) (Aquí los amaneceres son apacibles), estrenada en 2015, de Renat Favarisovich Davletyarov, un drama sobre una unidad de artillería antiaérea operada por mujeres, que ya se había filmado en 1972. Y aunque es quizás difícil hablar de una nueva tradición, ya existen numerosos elementos comunes en esta ola, muy diferentes a los de la era soviética.
En primer lugar, la influencia de Hollywood, no sólo en efectos especiales como señala Bondarchuk, en una Rusia que ha pasado del comunismo al capitalismo de amigos y oligarcas cercanos al poder, pero que al mismo tiempo intenta promover valores patrióticos y vincular con el pasado, parece haber llevado al abandono de los colectivos heroicos, dejado lugar a los héroes individuales, en muchos casos con capacidades casi sobrehumanas. Al mismo tiempo, los soldados alemanes a los que se enfrentan tienen una reputación temible, pero al momento de la acción suelen ser ineptos, letárgicos y desafortunados, siempre superados por los astutos rusos en una variante del llamado “efecto stormtrooper” (basado en la saga de La Guerra de las Galaxias, se refiere al pobre desempeño de los villanos en combate contra los protagonistas, llevado al punto del ridículo)
En esta nueva ola es también notable la visibilización del cristianismo ortodoxo, y los soldados rezan antes de las batallas y llevan figuras religiosas en las paredes de acero de sus tanques, en medio de un aparente esfuerzo por mostrar valores tradicionales y nacionalistas.
Finalmente, las batallas épicas, didácticas y en muchos casos aburridas han dejado lugar a combates estilizados y poco rigurosos, muy violentos y visualmente espectaculares, con el foco en el entretenimiento.
"T-34" (2019). Алексей Леонидович Сидоров
"T-34" (2019). Aleksey Leonidovich Sidorov
младший лейтенант Николай Ивушкин (Александр Андреевич Петров) - Teniente Nikolai Ivushkin (Alexandr Andreievich Petrov)
El T-34 es un tanque soviético de la Gran Guerra Patria. La película narra la vida de Nikolai Ivushkin (Alexandr Petrov), un comandante de tanque que es capturado por los nazis. Tres años más tarde, comienza a planear su fuga
Además, el éxito de estas obras en una Rusia que parece estar obsesionada con resurgir como potencia y afirmando las bases de una nación post URSS es patente: estrenada en enero de 2019, la película ultrapatriótica y glorificante T-34 alcanzó rápidamente los 8 millones de asistentes, de acuerdo a la agencia Reuters, convirtiéndose en la segunda película más vista en el país desde 1991.
Financiada por el gobierno de Putin, T-34 se aleja del rigor histórico y narra la aventura de una tripulación de tanques y su raid de destrucción en las filas ejército alemán, con infinidad de escenas en cámara lenta que muestran a los proyectiles enterrándose en el acero, y hasta se permite la indulgencia de contar con una trama romántica. T-34 exalta las virtudes del soldado ruso (sólo circunstancialmente peleando para la URSS), destaca su religiosidad y hasta enlaza con la cultura pre soviética usando en su banda de sonido al segundo movimiento del 2° Concierto para piano y orquesta de Sergey Rachmaninov, compositor ruso exiliado en Occidente, donde llegó a ser muy popular.
Financiada por el gobierno de Putin, T-34 se aleja del rigor histórico y narra la aventura de una tripulación de tanques y su raid de destrucción en las filas ejército alemán, con infinidad de escenas en cámara lenta que muestran a los proyectiles enterrándose en el acero, y hasta se permite la indulgencia de contar con una trama romántica. T-34 exalta las virtudes del soldado ruso (sólo circunstancialmente peleando para la URSS), destaca su religiosidad y hasta enlaza con la cultura pre soviética usando en su banda de sonido al segundo movimiento del 2° Concierto para piano y orquesta de Sergey Rachmaninov, compositor ruso exiliado en Occidente, donde llegó a ser muy popular.
Existen algunas joyas que se alejan de las últimas tendencias ultranacionalistas. Una podría ser "Белый Тигр" (Belyy tigr) (Tigre blanco), estrenada en 2012 y con dirección de Karen Shajnazarov, que continúa con la obsesión rusa por los tanques y en especial el T-34, herramienta militar sólo superada en fama por el AK-47, pero da cuenta de una pluralidad que era difícil de encontrar en el cine bélico soviético, pero que, al mismo tiempo, dialoga con las ricas corrientes experimentales de aquella época. La historia, entre fantástica y mística, gira en torno a una presencia fantasmal. En medio de la guerra, el Ejército Rojo se enfrenta a un misterioso tanque alemán (un Pzkfw VI Tiger, o tigre) capaz de causar una enorme destrucción y luego desaparecer. Su eliminación es encargada a uno de los pocos sobrevivientes de sus ataques, un tanquista que cree en el “Dios del tanque” y dice poder hablar directamente con estos monstruos de acero, como si no tuvieran tripulantes en su interior. Esta trama delirante está llevada adelante con una representación gris y realista del combate, que funciona a manera de contraste. A esto se suma un puñado de escenas históricas cuidadosamente construidas (como la rendición de Berlín o diferentes reuniones de Hitler con sus generales) y un final alegórico que dejó a muchos con más preguntas que respuestas sobre la naturaleza de la guerra y el patriotismo.
"Белый Тигр" (2012). Карен Георгиевич Шахназаров
"Belyi Tigr" (2012). Karén Geórgievich Shajnazárov
"Tigre Blanco"
4 comentarios:
Pedazo de informe
Cómo nos ha manipulado la propaganda yanki
Excelente
Muy buen informe!!!
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